El Ejército vigilará los montes de Galicia para prevenir los incendios forestales

Patrullas del Ejército de Tierra vigilarán a partir de esta semana los montes gallegos para prevenir la aparición de incendios intencionados. El capitán general de la Región Militar del Noroeste, Francisco Martínez Pariente, y el delegado del Gobierno en Galicia, Domingo García Sabell, suscribieron este acuerdo el pasado viernes ante la alarmante ola de incendios desatada en Galicia, en especial durante este mes de septiembre, en el que se han producido hasta el momento cerca de 1.000 incendios.

Las labores de vigilancia se centrarán en aquellas zonas consideradas como de más alto riesgo. Hasta que se ponga en marcha el plan, la Capitanía General ha dado aviso a los cinco gobiernos militares de Galicia para que permanezcan en retén, en cada uno de ellos, alrededor de 100 hombres dispuestos a actuar inmediatamente.Las llamas han arrasado en septiembre 15. 100 hectáreas de superficie, de las que alrededor de 9.000 corresponden a monte raso y el resto a zonas repobladas de arboleda, especialmente pino y eucalipto. La provincia más afectada es la de Orense, seguida por las de La Coruña, Lugo y Pontevedra. Sin embargo, no ha sido éste el año en que el fuego ha resultado más arrasador.

El Instituto para la Conservación de la Naturaleza (Icona) ha puesto a disposición de la Xunta de Galicia cuatro hidroaviones, dos aviones ligeros, un motovelero ligero y tres helicópteros, que han batido durante los últimos días el récord de horas de vuelo en operación. Icona tiene previsto poner en marcha un servicio de vigilancia y control mediante la utilización de helicópteros dotados con cámaras de vídeo. La intención es sorprender in fraganti a los presuntos incendiarios, grabar sus evoluciones y denunciarlos posteriormente.

Olor a humo

La proliferación de siniestros forestales durante este mes, en que los termómetros han marcado muchos días más de 30 grados, provoca el que el olor a humo sea algo habitual en la mayoría de los ayuntamientos de la comunidad autónoma.Anualmente, en las cuatro provincias gallegas se producen unos 3.000 incendios, lo que, de seguir al mismo ritmo, provocará la desaparición de las grandes masas forestales a comienzos del año 2000. El problema no es ya sólo que desaparezcan los árboles, sino que, arrasada la vegetación, la erosión del terreno, debida sobre todo a las lluvias, provoca que entre 25 y 50 toneladas de tierra por hectárea resulten arrastradas, y así en diversas grandes extensiones ha aparecido ya la roca del subsuelo, imposibilitando la repoblación de especies arbóreas.

Todas las fuentes consultadas han coincido en asegurar que la mayor parte de los siniestros son provocados. Un importante porcentaje de la población considera que industriales maderistas son en gran parte responsables de ello.