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El reparto de poder dificulta el pacto para derrocar a Fernández Albor como presidente de Xunta

Xosé Hermida

Las negociaciones que mantienen el PSOE, el Partido Nacionalista Galego (PNG) y Coalición Galega (CG) para aprobar una moción de censura que derroque a Gerardo Fernández Albor como presidente de Galicia corren peligro de romperse a causa de la insistencia de José Luis Barreiro -que ingresó recientemente en Coalición Galega tras abandonar Afianza Popular- en reservarse una vicepresidencia única en el eventual Gobierno de coalición. El PNG está dispuesto a desvincularse del acuerdo por considerar inaceptable la pretensión de José Luis Barreiro. La moción de censura comienza a ser debatida mañana.

Fuentes de la mesa negociadora reiteran que la posibilidad de que la moción prospere está prácticamente garantizada, pero arguyen que el nuevo Gobierno del socialista Fernando González Laxe podría quedar en minoría en la Cámara, al contar tan sólo con el apoyo de socialistas y CG.La actitud de Coalición Galega (CG), de la que dependía el derribo del Gobierno de Fernández Albor, está ya definida. Aunque el partido todavía no ha anunciado oficialmente su postura, la mayoría de sus dirigentes da por hecho el voto favorable a la moción. El problema reside ahora en la constitución del nuevo gabinete de González Laxe, que centra las negociaciones entre PSOE, CG y PNG.

Las tres fuerzas políticas mantienen criterios divergentes sobre la distribución de responsabilidades en el Gobierno. En principio, hay unanimidad en repartir los cargos proporcionalmente al número de diputados de cada fuerza, lo que otorgaría cinco consellerías al PSOE (22 escaños); tres a CG (10 escaños) y una al PNG (cinco escaños).

El único obstáculo para alcanzar el acuerdo es la pretensión de José Luis Barreiro de reservarse para sí una única vicepresidencia, cargo que ya ocupaba en el anterior Gobierno de Fernández Albor. Barreiro se mantiene inflexible en esta condición, que es rechazada de plano por el PNG de Pablo González Mariñas. El PSOE se ha inhibido en la discusión y se limita a reservarse su parte proporcional, instando a PNG y CG a que se pongan de acuerdo entre sí. Pero hasta ahora, Barreiro ha rechazado todas las posibles alternativas, que iban desde la propuesta inicial del candidato González Laxe de no incluir ninguna vicepresidencia, hasta la creación de tres, una para cada partido.

El PNG sólo pone como condición que Barreiro no sea el único vicepresidente, y se conformaría con la cesión de la consellería de la Presidencia -desde la que se gestionan la televisión y la radio públicas- para su secretario general, González Mariñas.

Con ese estado de cosas, el PNG estaría dispuesto a retirarse de las conversaciones y a reconsiderar su anunciado apoyo a la moción, lo que en cualquier caso no pondría en peligro la investidura de González Laxe pues está garantizado el voto favorable de los tres diputados del Partido Socialista Galego-Esquerda Galega y el del único representante del Bloque Nacionalista Galego. El PNG celebra hoy mismo una reunión de su Consejo Nacional -máximo órgano entre congresos- para definir su estrategia.

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A la espera de lo que decidan los órganos del partido, el secretarlo general del PNG, Pablo González Mariñas, adelantó que su postura personal es la de apoyar la moción, aun en el caso de que no se alcance un acuerdo de gobierno. González Mariñas lamentó las actitudes inflexibles, a su juicio, en la mesa negociadora, y afirmó que "se está magnificando la representación de una de las fuerzas concurrentes". El PNG, sin embargo, todavía mantendrá, al contrario que Coalición Galega, algún contacto con representantes el Gobierno de Fernández Albor, que luchan desesperadamente por buscar apoyos de cualquier lado.

Por su parte, fuentes socialistas reconocieron ayer abiertamente la posibilidad de que tan sólo CG y PSOE entren a formar parte del nuevo Ejecutivo, lo que colocaría a González Laxe en una precaria situación, con el único apoyo de 32 de los 71 diputados de la Cámara.

Reticencias en el PSOE

En el PSOE, además, sectores del partido muestran numerosas reticencias a dejar al PNG fuera del Gobierno. Este mismo sector tampoco acepta de buen grado la cesión de una única vicepresidencia a Barreiro, de quien se teme que con el tiempo llegue a igualar al PSOE en diputados gracias a nuevas incorporaciones procedentes del Grupo Popular e intente alguna maniobra contra González Laxe.El propio secretario de los socialistas gallegos, Antolín Sánchez Presedo, se mostró ayer visiblemente preocupado ante el cariz que toman los acontecimientos, aunque aseguró que hasta ahora no se están discutiendo los nombres de las personas que ocuparán los cargos sino sólo "la arquitectura del Gobierno".

Mientras tanto, en medios cercanos al presidente Fernández Albor el desánimo es total, y sólo se mantiene una leve esperanza en que logren surtir algún efecto las constantes llamadas del vicepresidente Mariano Rajoy a los grupos de la oposición o los requerimientos personales que por todo tipo de vías reciben los diputados de estos grupos.

En el Gobierno ha comenzado la desbandada, algunos altos cargos han presentado su dimisión y numerosos documentos son sacados de los despachos de las consellerías. Por el momento, todos los intentos de miembros del Gobierno y de diputados del Grupo Popular de forzar la dimisión de Fernández Albor han constituido un fracaso, y, a tenor de las continuas afirmaciones del presidente en este sentido, tampoco parece que vayan a dar resultado en los próximos días.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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