Pedro Pacheco,

el alcalde andalucista de Jerez de la Frontera (Cádiz), pagó con su compañero de partido Miguel Romero, alcalde de Cartaya (Huelva), la tensión que seguramente le producían sus ocupaciones, ordenando que desalojaran del Ayuntamiento jerezano al edil onubense cuando éste, con otros dos concejales, insistía en entrevistarse con él. Romero intentaba convencer a Pacheco de que atendiese la invitación que se le había hecho para asistir a las fiestas de Cartaya, localidad de 9.000 vecinos que este año dedicaba a Jerez sus festejos, para los que todo estaba preparado. Pacheco ordenó el desalojo mientras hacía saber que no quería saber nada de Cartaya ni de sus fiestas.