'Teresa' se queda en Francia
La yegua Teresa, que participó en una carrera disputada el pasado domingo en el hipódromo de Longchamp, en París, y por la que han sido ofrecidos 150 millones de pesetas para su compra, no puede volver a España. La peste equina que se ha extendido por la zona centro ha originado el cierre de las fronteras para que entren o salgan caballos, y, por tanto, la yegua campeona de la cuadra Rosales concluirá la temporada en Francia.
En el hipódromo de La Zarzuela, de Madrid, donde se está disputando la temporada de otoño, seguirá habiendo carreras, pero de momento sólo podrán participar en ellas los ejemplares que se encuentren estabulados en este centro hípico.
Esta medida, decretada por las autoridades sanitarias y controlada por la Sociedad de Fomento y Cría Caballar, de la que dependen las carreras en España, excluye la participación en carreras de los ejemplares preparados en la Venta de la Rubia, propiedad de Marita Villalonga y situada en la carretera de Extremadura; y de los que se encuentran en la Yeguada El Soto, en Algete, del duque de Alburquerque.
Según el gerente de la Sociedad de Fomento, Raimundo Fernández Cuesta, la incorporación de los caballos que residen fuera de La Zarzuela a la temporada de otoño se podrá llevar a cabo en un plazo de quince días, cuando la campaña de vacunación masiva haya concluido en todos los centros hípicos.
Los síntomas
La peste equina africana, según los veterinarios consultados, es una enfermedad que se daba por desaparecida en Europa y Estados Unidos. Los últimos casos en España se produjeron en 1966 en Alicante, donde murieron unos 1.000 équidos. La peste llegó entonces a través de unos burros traídos de Melilla.
El índice de mortalidad se establece en un 90%. La sintomatología consiste en un fracaso cardiorrespiratorio que evoluciona répidamente, con un período de incubación de una semana o diez días.
En estos días, Sanidad Animal intenta importar vacunas. La compra de las vacunas resulta complicada: al haber desaparecido la enfermedad en Europa y Estados Unidos, donde se solían fabricar, se ha tenido que recurrir a pedirla a Suráfrica, país en el que aún se da con frecuencia la peste equina. Las vacunas se esperan para el jueves.
La vacunación acarreará también muchos problemas, sobre todo, a los caballos de competición que deseen viajar al extranjero, ya que la vacuna se hace con una pequeña dosis del virus que origina la enfermedad. De esta manera, los animales vacunados se convierten en ejemplares portadores del virus en forma latente. Es posible que esto les impida competir internacionalmente durante un año.
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