_
_
_
_
_

Dilemas de la seguridad europea

Parece que nunca puede haber un estado de armoniosa calma en los asuntos de la Alianza: tanto problemas específicos (carencia de dinero y hombres para la defensa) como generales (cómo asegurar la garantía de la seguridad norteamericana para Europa) preocupan a los que se encargan de esta única organización de seguridad occidental. Sería asombroso que fuera de otra forma. Después de todo, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) es un producto extraordinario de cooperación internacional. Al contener 16 Estados soberanos y democráticos, y reconciliar los cambios concomitantes de las mayorías parlamentarias y del liderazgo político de estos Estados, la OTAN encadena a una potencia nuclear, de perspectivas y compromisos globales, a un lado del Atlántico, con una multitud de pequeños y medianos Estados con intereses y miras regionales en la otra orilla. En sus relaciones con el bloque oriental, la OTAN se esfuerza por conseguir la seguridad militar mediante la disuasión, mientras busca la seguridad política mediante la distensión. Pronto celebrará su 40º aniversario; ninguno de los Gobiernos miembros y ningún partido de mayoría en la oposición que la desafían desea hacer uso del derecho, posible desde 1969, de abandonar la organización. Ello explica por qué los profetas de la crisis y división de la OTAN han sido raramente tomados en cuenta.

13 de septiembre

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_