El desastre paralizó la vida municipal

Las operaciones de rescate de los 10 bomberos muertos en el derrumbamiento del edificio de Almacenes Arias han paralizado la actividad normal municipal y movilizado a numerosos trabajadores de distintos departamentos con objeto de poder atender tanto a los trabajos realizados en la calle de la Montera como a las familias de los fallecidos.Un total de 500 personas, entre tapiceros, maceros, ordenanzas, policías municipales, conductores de talleres, médicos, asistentes sociales, auxiliares administrativos, secretarias, personal de protocolo y asistentes técnico-sanitarios, además de los más de 1.000 bomberos de la plantilla, han cambiado sus turnos de trabajo para resolver las cuestiones prácticas derivadas del accidente.

Terminadas ya estas tareas, los responsables de las áreas afectadas comenzarán hoy las reuniones con miembros de la oposición y con los técnicos para estudiar todas las circunstancias que han rodeado la tragedia. Para hoy está convocada la reunión de la comisión municipal de seguridad, mientras se trabaja en el informe municipal que será entregado al juez.

Este informe parece que defenderá la tesis ya adelantada por el primer teniente de alcalde, Luis Larroque, de que el incendio tuvo más de un foco inicialmente. Esta afirmación, en la que ayer se volvió a ratificar Larroque, se basa en el relato de los primeros bomberos encargados de la extinción.

También se enviará al juez un estudio sobre el comportamiento de la estructura del edificio durante el fuego, aunque no se sabe cuándo será concluido, al haber sido comenzado ayer, una vez finalizado, el rescate.

Asimismo, el alcalde, Juan Barranco, ha anunciado que mantendrá contactos personales con los bomberos, porque, según afirmó, está preocupado por el estado psicológico en que han podido quedar tras la muerte de 10 compañeros y una difícil operación de rescate, casi completamente manual.