Parlamentarios de 25 países piden en Santiago la celebración de elecciones libres en Chile
La Asamblea por la Democracia en Chile, en la que participaron parlamentarios de 25 países -entre ellos España-, apoyó ayer la celebración de elecciones libres en lugar del plebiscito para la sucesión presidencia¡ de 1989, durante la jornada de clausura de las reuniones iniciadas el pasado viernes. Mientras tanto, Santiago de Chile vivía jornadas tensas por los registros realizados por fuerzas del Ejército y la policía en busca de un teniente coronel secuestrado por el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), las protestas callejeras y las masivas inscripciones en el censo electoral.
Para el régimen, la Asamblea Parlamentaria fue como una bofetada. Las irrupciones del ex senador socialista Erich Schnake, que fue detenido y posteriormente expulsado del país por un puesto fronterizo terrestre, y de los ex diputados comunistas Leopoldo Ortega y Luis Guastavino, burlaron los dispositivos policiales de seguridad. [El ministro de Asuntos Exteriores de España, Francisco Fernández Ordónez se puso ayer en contacto con la Embajada de España en Santiago para que interviniese ante las autoridades chilenas en el caso de la detención de Schnake y solicitase su puesta en libertad, ya que se trata de un ciudadano español que viajó a Chile con pasaporte español, informa la agencia Efe desde Madrid].La presencia de 100 congresistas de Parlamentos de Estados Unidos, Europa y América Latina y un número semejante de ex parlamentarios chilenos marcó el aislamiento internacional del régimen militar.
El Gobierno ha expresado su malestar ante la reunión. El general Augusto Pinochet, consultado sobre la actitud norteamericana, afirmó que "Chile no acepta presiones de nadie", en una entrevista publicada ayer por el diario El Mercurio. Advirtió que tiene mucho más ánimo que en 1973 para gobernar, y que para consolidar la Constitución se requieren 16 años, es decir, hasta 1997. Por otra parte, el ministro secretario general de Gobierno, Orlando Poblete, dijo ayer que la Asamblea "demuestra el grado de corrupción de los políticos de la oposición".
Los asistentes pidieron el fin de exilio, apoyaron a los tres ex parlamentarios que aparecieron por sorpresa en las sesiones, se solidarizaron con los detenidos -entre ellos dos periodistas de la revista Apsi y el ex vicepresidente socialista Clodomiro Almeyda-, solicitaron la conmutación de la pena de muerte pedida en primera instancia a 14 presos políticos por la justicia militar y condenaron la situación de los derechos humanos en Chile. Acordaron también formar grupos que observen la votación y escrutinios que se realizarán en 1989. Pidieron además que se eliminen las restricciones a la libertad de prensa y se comprometieron a constituir grupos parlamentarios de seguimiento y apoyo a la situación chilena. Los ex congresistas chilenos condenaron las violaciones a los derechos humanos, la violencia, y reiteraron su compromiso con la democracia en una declaración conjunta que incluyó representantes de nueve partidos chilenos.
El eurodiputado del PSOE Manuel Medina, que actuó de portavoz del grupo del Parlamento Europeo, explicó a EL PAÍS que la Asamblea permitió a los visitantes "conocer la realidad y expresar nuestro apoyo internacional al pueblo chileno. Lo más importante es que las fuerzas de la oposición se han econtrado a si mismas y están discutiendo una alternativa para la apertura de un proceso democrático".
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