Infanta sí; no princesa
La llegada de la princesa de Gales, Lady Di, a Baleares fue anunciada así en el sumario de EL PAÍS del pasado 7 de agosto: "La princesa Elena recibe a Lady Di en Mallorca". En páginas interiores, en la sección España, se ofrecía una amplia información, iniciada con una foto a tres columnas cuyo pie decía textualmente: "La princesa Elena conducía el coche en el que Lady Di y sus hijos llegaron al palacio de Marivent". El redactor jefe responsable esa noche de la edición del periódico, José María Izquierdo, reconoce y lamenta el error al citar en dos ocasiones a la infanta Elena como princesa. Entre las llamadas telefónicas recibidas por el defensor de los lectores, señalamos la de Manuel Trincado, quien desde Getafe preguntaba: "¿Ha habido cambios en los tratamientos reales, tal vez motivados por la edad de la infanta Elena? ¿Quiénes son los príncipes en España?".Nada ha cambiado. En la monarquía española, los hijos del rey son infantes, salvo el heredero, que es príncipe. En la Constitución queda clara la figura del príncipe: "La Corona de España es hereditaria en los sucesores de SM don Juan Carlos I de Borbón, legítimo heredero de la dinastía histórica. La sucesión en el trono seguirá el crden regular de primogenitura y representación, siendo preferida siempre la línea anterior a las posteriores; en la misma línea, el grado más próximo al más remoto; en el mismo grado, el varón a la mujer, y en el mismo sexo, la persona de más e dad a la de menos. El príncipe heredero, desde su nacimiento o desde que se produzca el hecho que origine el llamamiento, tendrá la dignidad de Príncipe de Asturias y los demás títulos vinculados tradicionalmente al sucesor de la Corona de España".
En la monarquía española, pues, sólo hay un príncipe, don Felipe, Príncipe de Asturias [título que se da al hijo del rey inmediato sucesor de la corona de España], y son infantas las hijas del Rey, Elena y Cristina, y también las hermanas del Monarca, Pilar y Margarita [parientes del Rey que, por gracia real, obtienen ese título].
Animadores del verano
Sobre los animadores de hotel, profesionales veraniegos para "distraer el tiempo de los turistas con un poco de psicología y mil argucias", se han escrito varios reportajes en EL PAÍS; el último, firmado por el colaborador de EL PAÍS Rafael Ruiz, se publicó el pasado 19 de julio. En nombre de una de las empresas privadas, Steps, que se dedican a este negocio nos escribe Marc Lacroix, para puntualizar sus actividades y evitar que los lectores tengan una idea errónea en torno a sus ofertas. Su disgusto viene avalado porque en otro artículo del periódico del pasado año (véase Un negocio muy animado, EL PAÍS del 26 de julio de 1986) se les citaba como empresa canaria, "cuando en realidad sólo el 30% de nuestro trabajo se realizó allí, y el resto, en la Península y Baleares". Aunque en el informe de este año no se mencionaba a Steps, las fotos que complementaban el artículo correspondían a animadores de esta sociedad, realizadas en el hotel Central Park de Lloret de Mar.
Lacroix muestra su desacuerdo con el artículo porque se cita a otra empresa, Animatur, y concreta su queja en los siguientes puntos: "Los hoteles de Canarias no fueron los primeros en ofrecer animación turística (...). En hostelería, Mallorca es sin duda la escuela. Además, el haber tocado el tema de escuelas de animadores, sin especificar la gran diferencia que hay entre el animador turístico y el animador socio-cultural, creemos que es peligroso. Este año se presentaron unos 45 animadores socio-culturales para trabajar con nosotros como animadores turísticos y ninguno de ellos pudo incorporarse a nuestra organización por no adaptarse, bien por problemas de idiomas, o bien por la poca visión comercial de la elaboración de un programa de animación, ya que los animadores socio-culturales están más bien encaminados a formar que a divertir, que es nuestra principal actividad".
El autor del artículo nos comenta que no pretendía hacer publicidad sobre una u otra empresas de animación turística, y fue precisamente la Asociación Nacional de Directores de Hotel quien le aconsejó ponerse en contacto con Animatur, empresa fundada en 1981 [Steps se creó en enero de 1986], y subraya Rafael Ruiz: "Ante la necesidad de ilustrar el reportaje con imágenes de un lugar costero, se pidió a la asociación citada que nos facilitara la dirección de algún hotel para que se acercara hasta allí un fotógrafo. Quizá hubo un descuido en no identificar a qué empresas estaban adscritas las personas fotografiadas. De cualquier forma, en los pies de fotos nunca se dijo que esos animadores fueran de Animatur. Tampoco el lector hubiera ganado gran cosa sabiendo para qué empresa concreta trabajan, sino que es más interesante saber dónde trabajan, en el Central Park de Lloret de Mar. Y así se señaló"
'Economía' redondea
Un lector con mucho puntillo, Juan Pérez Gómez, desde Cádiz, se ha encrespado porque en la primera página de Economía de EL PAÍS del día 25 de julio se titulaba "Torras Hostench compra el 15% del capital de ERT, el 1,5% del Banco Central y el 5% del Vizcaya". Sus precisiones obedecen a que la información, firmada por Salvador Arancibia y Xavier Vidal-Folch, no se correspondía en el texto a los titulares, y señala lo que él considera errores: "Me sorprende la ligereza en el uso de los tantos por ciento de que hacen gala los autores del texto. En titulares dice que Torras Hostench compra el 5% de las acciones del Banco de Vizcaya. Un poco más abajo habla del 4,5% y, ya en el texto, se convierte en un 3,62%. ¿En qué quedamos? Es lógico que en los titulares se redondeen las cifras, por ser esto más llamativo, pero se debería hacerlo con un cierto rigor; me explico: TH compra 1.000.000 de acciones del Banco Central, cuando más abajo pone que son 1.300.000. Redondeo a la baja. Correcto. Después se escribe: TH compra 4.000.000 de acciones de ERT más abajo pone que son 4.715.514. ¿No deberían haber redondeado al alza? (5.000.000)".
El Jefe de la sección de Economía y Trabajo, Manuel Navarro, considera los razonamientos de este lector: "La sección de Economía y Trabajo tiene como norma redondear las cifras en los titulares sólo en aquellos casos en que su lectura puede resultar engorrosa, perdiendo así su posible impacto visual. 'Cerca de 150.000 millones' Parece más efectivo que 148.487 millones', o bien, 'Más de '150.000 millones' en lugar de '150.515 millones'".
"Lo mismo puede decirse respecto a los porcentajes. La lectura de 4,5% o 5% es similar. En el titular citado por el lector de Cádiz, sin embargo, el editor de la noticia consideró que tres porcentajes en un mismo título dificultaban la lectura del mismo. Así se llegó al redondeo del 5% en el caso de la participación de Torras Hostench en el Banco de Vizcaya. En la entradilla, por el contrario, se cita el volumen correcto de esta participación, esto es, el 4,5%. La cifra del 3,62% que aparece más abajo, en el texto, es un error".
"En cuanto al redondeo de las acciones adquiridas por Torras", concluye Navarro, "efectivamente, hubiera sido más lógico haber unificado el redondeo al alza en todos los casos y haber escrito que Torras había adquirido 'cerca de cinco millones de acciones' de Explosivos Río Tinto".
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