La Guardia Civil vigila la carretera de La Coruña para controlar presuntos 'conductores suicidas'
La Guardia Civil de Tráfico tiene montado en la carretera de La Coruña, desde el 16 de julio, un dispositivo de vigilancia especial, durante la madrugada, con el fin de comprobar y controlar en su caso los excesos presuntamente cometidos por conductores suicidas que, al parecer, se lanzan por dirección contraria a toda velocidad tanto para experimentar la emoción de¡ riesgo como para ganar presuntas apuestas. En este tiempo la Guardia Civil sólo detuvo a un conductor, el 22 de agosto, por conducir en dirección contraria.
David León Blanco, director de Tráfico de la Guardia Civil, afirmó ayer que el conductor detenido el pasado 22 de agosto cuando circulaba en dirección contraria, C. M. R., que conducía un Citroën AX, se negó a someterse a la prueba de alcoholemia y fue detenido y puesto a disposición del juez de San Lorenzo de El Escorial. León Blanco afirmó: "Sin embargo, es muy difícil demostrar que iba en dirección contraria sabiendo lo que hacía, y mucho más difícil que reconozca que lo hacía por una apuesta. Es el juez quien tiene que dictaminar, en base al artículo 18 del Código de Circulación y al 340 del Código Civil, que se refieren a la conducción temeraria". El director de Tráfico reconoció que a la Guardia Civil habían llegado también rumores y comentarios sobre estas presuntas prácticas suicidas, así como alguna denuncia. "Fue cuando decidimos instalar el servicio especial de vigilancia".
Hace ya aproximadamente un año corrieron fuertes rumores relativos a las prácticas de algunos jóvenes de la alta sociedad que en las madrugadas veraniegas utilizaban sus potentes coches y motos para hacer diabluras por la carretera de La Coruña, entre Torrelodones y la entrada a Madrid, muy influidos por el alcohol y las drogas, en especial la cocaína. Los riesgos incluían saltar de un coche a otro, echar carreras a o circular a toda velocidad con los pasajeros sentados en las ventanillas, los pies en los asientos y todo el cuerpo fuera de los vehículos. Parece ser que esta última modalidad fue la causa de la muerte de una hija de una conocida familia de políticos.
Este tipo de ejercicios arriesgados, que no sólo ponen en peligro la vida de sus protagonistas, sino también la de terceras personas, fue confirmado por trabajadores de las gasolineras, guardacoches de las discotecas de moda cercanas y otras personas. En aquel momento, verano del año pasado, la Guardia Civil manifestó que no tenía conocimiento de esos hechos, y no se adoptó ninguna medida de vigilancia especial.
En los últimos meses, los rumores han vuelto a proliferar, pero agravados con la nueva modalidad de carreras en dirección contraria, a toda velocidad, sobre las que los iniciados cruzan apuestas. La proeza consistiría en marchar a toda velocidad en dirección contraria, en línea recta y sin desviarse aunque aparezcan coches en el mismo carril. Las informaciones en este sentido, citadas ayer por el diario Abc y la revista de motor Coche Actual, hablan de que las apuestas sobre los conductores suicidas mueven cientos de miles de pesetas.
A la altura de Torrelodones
Testimonios de la existencia real de estos hechos hay muchos. Un concejal de Las Rozas declaró a este periódico: "Hace aproximadamente año y medio, circulando de noche en dirección a Villalba, me di un susto terrible cuando vi a un coche circulando por el carril de mi izquierda, en dirección contraria y a toda velocidad. No puede ver nada porque los faros te deslumbran, pero, desde luego, era un coche muy potente. Yo pensé que debía ir borracho o que tal vez se había confundido de dirección. Eso ocurrió a la altura de Torrelodones". Precisamente a la altura de Torrelodones, cerca del casino, la Policía Municipal de Majadahonda indicó que la señalización de entrada a la autopista es un tanto confusa, por lo que algunos de estos presuntos conductores suicidas podrían ser realmente conductores confundidos. La misma fuente añadió que hace un año se produjo en las cercanías un accidente mortal cuando un turismo que circulaba en dirección contraria chocó con otro que iba en el sentido de su marcha, pero, añade la Policía Municipal de la localidad, no parece que hubiera ninguna intencionalidad extraña en el accidente.
Otro accidente similar se produjo el 27 de septiembre de 1986, a las 6.30 de la mañana: en el kilómetro 13 de la misma carretera, y también por el mismo motivo, un vehículo que circulaba a gran velocidad en dirección contraria colisionó violentamente con otro que iba bien. En este caso murieron los dos conductores, el del coche causante del accidente, un Renault 5 TX, y el de un Seat Panda. La autopsia demostró que el conductor del primer coche superaba con mucho el índice de alcohol en la sangre que desaconseja la conducción.
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