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El recluso español muerto en Milán tras 50 días de ayuno negaba ser narcotraficante

Francesc Valls

Los médicos del Instituto Forense de Milán practicaron ayer la autopsia a Isaías Marín Reginaldo, nacido en Sabadell hace 47 años, que se encontraba encarcelado en la prisión de San Vittore, en aquella ciudad italiana, acusado de tráfico de drogas. Marín, quien murió el pasado martes en un hospital milanés tras 50 días en huelga de hambre, aseguraba que sólo era un contrabandista de relojes y que nunca tuvo nada que ver con el narcotráfico.

El informe médico realizado tras la defunción señala como causa de la muerte de Isaías Marín, primer preso víctima de una huelga de hambre en una cárcel italiana, un "colapso cardiocirculatorio en un paciente afectado de grave depauperación física". El recluso español permaneció en huelga de hambre para solicitar la repetición de su interrogatorio judicial. Marín fue detenido el pasado 7 de abril por el grupo operativo antidroga de la policía italiana. El fallecido portaba documentación falsa a nombre de René Françoise Van Damme, propiedad de un ciudadano belga a quien le había sido robada. En junio fue interrogado por la juez Anna Conforfi, la cual confirmó las acusaciones de tráfico de droga -básicamente cocaína- y asociación para delinquir.

Marín salió de España en 1961, año en que se trasladó a Bélgica antes de pasar a Italia. Desde que fue detenido sostuvo siempre su inocencia. Por este motivo inició el 7 de julio una huelga de hambre en la que llegó a perder 25 kilos, según las primeras estimaciones del informe forense. El 16 de julio fue conducido al hospital milanés de Niguarda donde, según fuentes médicas, su estado era normal. Se le sometió a varios análisis y sus constantes vitales estaban dentro de la normalidad.

Después regresó a la prisión donde, sin embargo, no se le permitió recibir visitas al parecer debido al estado en que se encontraba. Marín era alimentado mediante suero.

La compañera del fallecido, Margarita Ramírez Rebolledo, tuvo que dirigirse al consulado español en Milán para gestionar a través de éste la posibilidad de visitar al enfermo, a pesar de contar con el correspondiente pase. Isaías Marín fue conducido nuevamente al hospital, ya en estado de inconsciencia, el pasado lunes. En el centro sanitario falleció al día siguiente.

La juez Anna Conforti manifestó ayer a la televisión italiana que el preso le había remitido una carta con sus reivindicaciones, fechada hace más de una semana, pero que no llegó a su poder hasta el día en que aquél falleció. Utilizando duras palabras, la magistrada criticó a la dirección de la prisión de San Vittore por el retraso con que le había llegado la notificación que, al parecer, no siguió el conducto urgente para este tipo de correspondencia.

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La investigación judicial a raíz de la muerte inició ayer su primer paso con la autopsia, cuyos resultados definitivos no se conocerán hasta dentro de varios días.

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