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El asesinato de 14 personas era un maniaco de las armas

Michael Ryan, que acabó con la vida de 15 personas -incluida la suya propia- el miércoles en la localidad británica de Hangerford, era un "maniaco de las armas", según los investigadores, personalidad que escondía bajo una apariencia de soledad e insignificancia. El terror que este joven de 27 años sembró en este pueblecito inglés, armado con un revólver y un Kalaslinikov, y el arsenal descubierto en su vivienda han puesto en cuestión la política de concesión de licencias de armamento en el Reino Unido, donde un millón de personas disfrutan de permiso para poseer armas.

Ryan era un hombre soltero, vivía con su madre, se trataba de "un chico sin historia", sin pasado judicial, introvertido y solitario. Sólo una cosa le diferenciaba y le había hecho conocido en el pueblo: en su casa disponía de un arsenal compuesto por fusiles de asalto, municiones y una granada. Nadie se explica cómo consiguió tal cantidad y tipo de material bélico, teniendo en cuenta que sólo tenía licencia para cinco armas. El Ministerio del Interior, que ha solicitado un informe detallado del caso, se ha comprometido a revisar su política de concesión de licencias, aunque ha subrayado que se trata de una de las más severas de Europa. "En cualquier caso", señaló uno de los parlamentarios partidarios de mayores restricciones, "por más controles que impongamos, no vamos a lograr evitar que alguien se vuelva loco y se dedique a matar".

Locura asesina

Un grupo de psiquiatras, policías y expertos balísticos se aprestaban ayer a explicar el porqué de esta múltiple matanza. Según ellos, el joven solitario fue presa de una locura asesina que le llevó a actuar como lo hizo. Algunos lo consideran esquizofrenia con tendencia a la paranoia, aunque precisan que falta descubrir qué hecho concreto motivó su repentina salida violenta. En cualquier caso, se trata de un psicópata. "Ellos [los psicópatas] viven en su propio mundo, y se han visto considerados de sobra ante los demás durante mucho tiempo ( ... ) puede que se trate de una persona con un desorden de personalidad muy serio, un psicópata", declaró John Hamilton, director de un hospital-prisión que alberga a los prisioneros más locos del país.

Michael Ryan, disfrazado de Rambo, dio muerte en Hungerford, a 90 kilómetros al oeste de Londres, a 14 personas -entre ellas a su propia madre- y a su perro, e hirió a otras 16. Más tarde se encerró durante cuatro horas en una escuela, donde fue rodeado por la policía.

"Se mostró lúcido y razonable; expresó su pesar por haber matado a su madre y dijo que era raro que, después de haber podido matar a otras personas, no pudiera matarse a sí mismo; inmediatamente después, escuchamos un disparo", declaró Colin Smith, jefe de la policía. El Rambo descontrolado no dio explicaciones ni dejó ninguna nota sobre su actuación. Los policías, antes de recoger su cuerpo, lo arrastraron por el suelo con una cuerda, para comprobar que no estaba conectado a una granada.

De los heridos, 14 permanecían ayer en el hospital. Una anciana y una niña de ocho años -la víctima más joven y vecina del maniaco- se encuentran es estado crítico; ocho personas siguen graves y otras cinco con heridas de diversa consideración.

El Kalashnikov que portaba Ryan, un AK-47, está siendo investigado por la policía. Se trata de un arma de fabricación soviética, capaz de disparar con una frecuencia de 600 tiros por minuto. El arma de Ryan había sido modificada por él mismo para poder utilizar balas de fragmentación. "Era un arma concebida para matar gente", según un experto.

La primera ministra británica, Margaret Thatcher, suspendió ayer sus vacaciones para visitar a los heridos. Según su portavoz, se encuentra "profundamente afectada" por los hechos y "comparte el dolor de los que han perdido a sus seres queridos". La tragedia se ha producido al cumplirse el primer aniversario de otra similar en Edmond (Oklahoma, EE UU), dónde un cartero acabó con la vida de 14 personas.

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