Los laboristas, favoritos en las elecciones de hoy en Nueva Zelanda
La neozelandeses acuden hoy a las urnas para decidir si continúa en el poder, como vaticinan los sondeos, el primer ministro, David Lange -líder del Partido Laborista, que ganó las últimas elecciones, en 1984, después de diez años de gobierno de derechas-, o si se inclinan por el conservador Partido Nacional de Jim Bolger.La mayor parte de los observadores políticos neozelandeses, apoyándose en los últimos sondeos de opinión, piensan que los laboristas obtendrán de nuevo la mayoría de los 97 escaños de que consta el Parlamento. Pero a los dos partidos les inquieta el hecho sin precedentes de que el 18% de los electores se mantenía aún indeciso a escasas fechas de la votación. La realidad es que la campaña electoral se desarrolló en un clima de aburrimiento, y sin que ninguno de los dos líderes despertara demasiado la atención del electorado.
Del resultado de las elecciones dependen, sin embargo, dos cuestiones importantes: la política económica de Nueva Zelanda y, sobre todo, su política internacional, en particular en lo que atañe a defensa y a la desnuclearización del archipiélago.
Desde su llegada al poder hace tres años, el laborista Lange ha puesto en práctica una política de libre empresa y de reestructuración del sector industrial, con resultados desiguales. La tasa de inflación es elevada (18,1% en 1986) y el paro está creciendo, mientras las empresas han sabido aprovechar las numerosas ventajas concedidas por la política económica del Gobierno.
Ahora bien, muchos de los electores indecisos forman parte del sector semirrural, uno de los más dañados por la política de austeridad impuesta por el ministro de Economía, Roger Douglas.
Para tranquilizarles, los laboristas afirman que se trata de una política sólo a corto plazo y necesaria para fortalecer la economía. Sin embargo, el primer ministro, David Lange, declaró el pasado lunes ante una reunión de importantes empresarios que, caso de ser reelegido, se seguiría aplicando la Rogernomics, y se concederían nuevas desgravaciones fiscales a las empresas.
Desnuclearización
En lo que se refiere a las relaciones internacionales, David Lange está decidido a continuar con la desnuclearización de Nueva Zelanda, una política que le ha distanciado de Estados Unidos, del Reino Unido y de Francia, pero que le ha proporcionado una incontestable popularidad en su país.El líder de los conservadores, Jim Bolger, parece no haber logrado presentar a su Partido Nacíonal como una alternativa creíble al Gobierno laborista. Sus propuestas en materia de defensa resultan confusas: preconiza el regreso de Nueva Zelanda al ANZUS (tratado de seguridad mutua firmado por Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos en 1951), a la par que quiere seguir prohibiendo la entrada en los puertos neozelandeses de naves nucleares estadounidenses.
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