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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Marxismo y toros

A los defensores del espectáculo sanguinolento de las corridas de toros hay que reconocerles, como a las buenas películas de terror, el mérito de saber mantener el suspense hasta el último momento.. Realmente, uno no gana para sorpresas. Acostumbrados como andábamos a panegíricos de las esencias patrias, a toques a rebato goyescos contra la invasión de eurodiputados gabachos, a épicas varias modelo sangre y arena, ahora -con la carta de María Elena Valero, de Alicante, publicada en esta sección el 30 de julio-, nos encontramos con un nuevo argumento que ni el más pintado podía haber imaginado. A saber, que esto de estar por las corridas es "marxista" y que quienes abogamos por espectáculos más amables, participativos y ecológicos somos los seguidores del "moderno estado burgués".La originalidad de María Elena Valero debe ser aplaudida, pero sus argumentos merecen un comentario. Y es que el "marxismo" de la firmante es un marxismo de catecismo, de esos manuales de comunismo sin esfuerzo y en quince días. Sentencia ella que los toros son "cultura popular" -se supone que porque va la gente, es decir "el pueblo"-, pero por la misma regla de tres las revistas pornográficas, las novatadas de la mili o las broncas de tráfico son también "cultura popular", ya que sus usuarios no suelen ser precisamente archiduques austrohúngaros. Tanto marxismo y tanto análisis de clase de que alardea la comunicante y, sin embargo, no parece sonarle eso de la "alieriación" del personal, eso de la desmitificación de conceptos tan ambiguos como "cultura popular", lo cual sí sería de verdad el camino de un análisis marxista- del asunto.

El resto de los argumentos de María Elena Valero, en su intento de añadirle un apéndice sobre chicuelinas al manifiesto comunista, son todavía menos sostenibles. Resulta que, según ella, los gobiernos de derechas siempre "han ensayado la represión legal y policiaca" de la tauromaquia, que Franco y Primo de Rivera o estaban contra las corridas o ejercían contra ellas la "piratería cultural" (?). Olvida así toda la mitología franquista sobre el pobre-novillero-que- salta-a-la-fama, modelo El Cordobés, con que la dictadura -junto con las quinielas y la "Reina por un día"- quería convencernos de que bajo su yugo cualquier españolito podía llegar a lo más alto. Olvida también las tristemente apoteósicas corridas de Queípo en Sevilla y tantas y tantas campañas turísticas de "sol y toros". El último argumento que presenta es decir que las leyes de protección de los animales "nacen con la concepción del moderno estado burgués".

Pero es que históricamente las ideas de democracia, libertad o igualdad nacen también -tal y como hoy las empleamos- con el advenimiento de los estados burgueses. ¿Sería "marxista" oponerse a ellas porque se emplearon en la "burguesa" Revolución Francesa? Lo marxista es comprobar cómo con esos estados fueron sólo "ideas", es decir, argumentos que no se materializaron, que no se llevaron a cabo, que fueron -por decirlo así- "traicionados". Cuando Valero trae a colación el supuesto aprecio de Hitler por los animales, la cosa es que ya no tiene discusión. Da miedo adónde nos puede llevar su tipo de razonamientos.

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Frente a la parodia del marxismo de María Elena Valero hay, por fortuna, otros "marxistas" que piensan que es parte fundamental de la liberación del ser humano su vuelta a un contacto armónico con la naturaleza -de la que formamos parte- el destierro de la violencia y la crueldad, el fin del expolio y el extermino de cualquier forma de vida. Entre ellos, Marx- Miguel Peyró.

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