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Una novia cambiada

El novio de la joven de Huelva no entendió por qué Amor rehusaba sus caricias

Santiago conoció de chico a la familia de la que luego sería su novia. Había pasado muchas horas jugando al fútbol en la calle con José Luis Trijueque. Hace tres años se ennovió con la hermana pequeña de José Luis, llamada Nieves. El 6 de junio pasado, la pareja pasó un día en la playa de Punta Umbría. Regresaban a Huelva cuando el vehículo en el que viajaban invadió el carril contrario y colisionó con otro coche que venía de frente, conducido por una joven de Camas (Sevilla), llamada Amor Maceda, quien estaba acompañada por su novio, Manuel Huerta.La Cruz Roja trasladó con un considerable retraso a los heridos. Amor y Nieves llegaron a la residencia sanitaria Manuel Lois de Huelva en estado muy crítico. Mientras que Santiago permaneció inconsciente en el hospital, una de las jóvenes murió, lo que fue certificado por el médico forense, Manuel Rodríguez Cardeiro. La otra chica fue enviada a Sevilla, al hospital de la Virgen del Rocío, con la identidad cambiada. Estaba de guardia en los juzgados la juez Rosa Carrasco, quien determinó erróneamente la identidad de la muerta, confundiéndola con la otra joven.

Santiago, que en el accidente sufrió cortes en la lengua, cara y piernas, fue trasladado al día siguiente al hospital sevillano, donde ya se encontraba la joven superviviente. Los Trijueque prefirieron ocultar durante un tiempo a Santiago el verdadero estado de su supuesta novia. A los dos días, Santiago abandonó la UVI y pasó a una habitación normal durante varios días, hasta que le dieron el alta. Al principo le dijeron que Nieves se había roto una pierna, luego que el accidente había sido muy grave. Finalmente, que se salvaría, aunque tenía la cara destrozada.

Santiago pudo visitar a la joven cuando ésta abandonó la UVI. Entonces empezaron sus dudas. La joven rechazaba sus caricias, mientras que le encantaba estar al lado y besar a quien debía ser su hermano José Luis. Ni Santiago, ni José Luis, ni ningún miembro de la familia Trijueque cayeron en un detalle, que por lo demás dificilmente podían conocer: José Luis, un mocetón alto -que le permitió ser defensa central de diversos equipos de fútbol regional-, se parece a Manuel Huerta, el verdadero novio de la joven Amor.

Las suspicacias aumentaron a partir del 10 de julio, el día que la joven fue dada de alta y llevada a casa de los Trijueque. El pelo, rapado al cero en el hospital, le empezó a crecer de nuevo. Santiago no entendía por qué aquel cabello naciente era mucho más duro que el que recordaba de su novia. Un día, al ponerle el brazo por encima, reparó en que las cervicales de la joven estaban muy pronunciadas, fruto de unas espaldas cargadas, lo que no concordaba con la figura de Nieves. Santiago empezó a perder los nervios. La joven, que se iba recuperando de su amnesia, llegó a decir: "Mi novio se llama Manolo". Las dudas de Santiago y de los Trijueque finalizaron el 1 de agosto, al comprobarse mediante las huellas dactilares la verdadera identidad de la joven. Santiago padece trastornos psíquicos, duerme por el día y está dado de baja laboralmente.

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