Lecciones de Riaño
Una vez que el pueblo de Riaño ya ha sido demolido conviene hacer una reflexión sobre los sucesos allí ocurridos. Mi opinión es favorable al proyecto del embalse de Riaño. Sin embargo, creo que un Estado democrático tiene medios a su alcance para solucionar este tipo de problemas sin llegar al empleo de la fuerza. Es algo lamentable el ver cómo las casas, aunque no fueran suyas, son destruidas sin apenas tiempo para que las familias recojan sus enseres principales, y, lo que es peor, viéndose abocados en algunos casos a permanecer en tiendas de campaña.Este Gobierno, que se enorgullece de ser de izquierdas y de defender los intereses de los indefensos, debería abrir y potenciar cauces de diálogo con la sociedad civil, con las personas afectadas por sus actuaciones, como son los casos de Reinosa,y otros de todos conocidos. Antes de la demolición de Riaño tendría que haber existido un fluido diálogo entre afectados y Administración. Hubiera dado una lección de sensibilidad social el Gobierno si hubiéramos visto marchar pacíficamente, sin presiones de ningún tipo, a los habitantes de Riaño.
De una etapa (primeros meses de 1987) caracterizada por querer mantener una postura "neutral y de alejamiento" entre sindicatos y empresarios se ha pasado a otra etapa, la actual, en la cual el Gobierno se ha convertido en protagonista de un futuro acuerdo con sindicatos y empresarios. Considero este cambio de postura importante y positivo, pues, de estar ala defensiva ¡nicialmente, se intenta ahora tornar la iniciativa.- Isidro del Pozo.
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