Festival de banderillas
Sierro / L. F. Esplá, Mendes, SoroToros de El Sierro, desiguales de presencia, mansos y varios sospechosos de pitones. Luis Francisco Esplá: palmas y saludos tercio y palmas. Víctor Méndes: palmas, saludos tercio. El Soro: dos vueltas al ruedo y palmas. Plaza de Barcelona, 2 de agosto.
ÁNGEL CEBRIÁN,
Del rejoneo por colleras se está pasando al banderilleo a trío que parece tener aceptación por los pueblos y también por otras plazas que se dicen de categoría. La Monumental de Barcelona ante su lento pero imparable deterioro -pues a la ausencia del timbalero y los clarines; hay que surnar la antirreglamentaria presentaria de los caballos de picar oorl. los dos ojos tapados-anunció ayer festival de banderillas. Tan malo fue el espectáculo qae los turistas se aburrieron.
No hay pique en los toreros o si llega a existir es por ver quién lo hace peor o cuanto menos más desiangelado. Los toros del Sierro, varios de ellos sospechosos de pitones, algo que en esta plaza no se observaba en los últimos tres años, aguantaron en pie, derribaron cabalgaduras, más por la endeblez de éstas que por la faerza de los astados y mal emplelÍndose en la muleta mostraban, aspereza, mansedumbre y rebrincadas embesti.das, a excepción del sexto claro de recorrido y que lógicamente fue desaprovechado por el Soro.
Toreo bufo
Revisteros de la época hablan de la creación del toreo bufo por parte de Llapisera. Crónicas de actualidad tendrárt que añadir que: el Soro a esta modalidad tau:rina la engrandece y perfecciona. También la ofrece mezcolanzas como son los gestos comurles, gritos, zapatillazos junto al desplante del litrazo, que tanto privó en los años 50. Menos concebir el toreo, como mínimamente mandan los cánones, el Soro hace de todo y claro está, el respetable turístico y bullanguero disfruta. Ni un capotazo decente ofreció al recibir a sus toros. Sus pases de banderillas; mareaban al propio toro y con la muleta, dicen que hace lo que sabe.
Lo torero de la tarde vino con Víctor Méndez ante el quinto al colocar tres pares de banderillas soberanos; de esos que se recordarán por ver la limpia ejecución hecha a ley.
Luis Francisco Esplá anda lejos de su forma óptima. No es el poderoso con los palos de antaño y si antes bajaba con la muleta ahora también lo hace con el capote, al que tanto ydigno aire dio muchas tardes. Se sienta en el estribo para torear de muleta, aunque no lo logre, y poco dominador soporta tarascadas sin el convencimiento de poder con la aspereza del toro.
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