_
_
_
_

Maria Magnani Noya

Una mujer al frente de la alcaldía de Turín

Juan Arias

Viuda, sin hijos, trabajadora incansable, amante de la ópera y poseedora de un fino sentido del humor, Maria Magnani Noya, socialista, es la nueva alcaldesa de Turín. Por primera vez una mujer ocupa el gobierno de la Casa Roja de esta gran ciudad industrial, plagada de emigrantes y condicionada por el imperio automovilístico de Fiat. Hasta ahora, los 13 alcaldes que habían gobernado Turín han sido varones.

Turín se había caracterizado en los últimos tiempos por el largo mandato, de 10 años, del casi legendario comunista Diego Novelli, una especie de Enrique Tierno Galván por la gran popularidad de que gozaba y por su fuerte sentido de la moralidad.Ahora quien polariza la atención de Turín es esta Maria Magnani Noya, una mujer conocida sobre todo porque en los tiempos duros de la batalla del divorcio primero y la del aborto después estuvo siempre en la primera fila de la lucha en favor de ambas leyes.

La nueva alcaldesa es, junto con la democristiana Elda Pucci en Palermo, la primera mujer que llega a la alcaldía de una ciudad mayor de un millón de habitantes.

Maria Magnani Noya ama el teatro y la danza clásica, a partes iguales. Una de las cosas que más le gustan en el mundo son los viajes, y también salir a comer y a cenar a los restaurantes de su ciudad. En su aspecto externo, la nueva primera autoridad municipal turinesa es una mujer elegante pero sin afectación. Sus amigos y quienes la conocen de cerca aseguran que posee una cualidad muy importante para un político: el saber estar bien con todos.

Su mayor ventaja es la de que es hija de la ciudad que la ha elegido ya diputada en el Parlamento y había sido dos veces subsecretaria en el Gobierno. En cualquier caso, ha declarado que piensa que "ser alcaldesa es la máxima aspiración de un verdadero político".

Para Maria Magnani lo ha sido ciertamente, y se siente eufórica. Su gobierno municipal está formado por democristianos, socialistas, republicanos, socialdemócratas y liberales. Y por vez primera en el Ayuntamiento turinés, el equipo gobernante cuenta con el apoyo de los verdes, aunque sea desde fuera del consejo.

Lógicamente, los comunistas, que se quedan en la oposición, no han estado de acuerdo con la solución a una crisis que duraba más de dos meses. Pero han querido igualmente dar una demostración de elegancia enviándole, "por ser la primera mujer alcalde", un ramo de rosas a su despacho. Rojas, naturalmente.

¿Su programa? Ha empezado dando un alfilerazo a Fiat, recordando que dicho imperio del automóvil es "una parte importante del desarrollo de la ciudad, pero sólo una parte". Su empeño -ha añadido- es el de conjugar las dos almas de Turín: su proyección tecnológica y del futuro y su conservadurismo del pasado. La nueva alcaldesa quiere hacer de la burguesa ciudad el centro más "provincial" e "italiano" del país.

Una ciudad de 'endemoniados'

Ha enumerado con coraje los males producidos a la antigua capital de los Saboya por el terrorismo y por la reconversión industrial: indiferencia, miedo, aislamiento, desocupación, emigración como fuga y angustia juvenil.Turín es, en efecto, no sólo una gran ciudad industrial, sino también el centro de mayor magia del país, donde se celebra una misa negra cada día y donde el mismo arzobispo Ballestrero, ex presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, ha tenido que cuadruplicar últimamente el número de sus exorcistas, ya que también ha aumentado considerablemente el número de los endemoniados o, cuando menos, del número de fieles que piden los exorcismos de la Iglesia.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_