Vivir en un palacio
Un grupo de empresas inversoras, coordinadas por Fernando Moreno de Barreda, acometió en 1984 una ambiciosa operación rehabilitadora al comprar primero el palacio de Anglona y después una casa de principios del siglo XX, un solar y dos edificios industriales de finales del XIX, todos ellos junto a la calle de Segovia. En la rehabilitación de estos edificios -15.000 metros cuadrados- se han invertido hasta ahora 600 millones de pesetas.Entre los edificios rehabilitados destaca el palacio de Anglona que, con sus 6.000 metros cuadrados construidos, ocupa la manzana situada entre la calle de Segovia, las costanillas de San Andrés y San Pedro y la calle del Príncipe de Anglona. El edificio, cuyos orígenes arrancan del siglo XVI, tuvo su período de esplendor en tiempos de la famosa duquesa de Osuna, que arregló el inmueble para residencia de su hijo.
Cuando fue comprado por la empresa Anglona, SA, pertenecía a los marqueses de la Romana. El Ayuntamiento, que tenía alquilada una zona del inmueble para su sección de alcantarillado y estadísticas, tuvo que abandonar el edificio "como consecuencia del estado ruinoso del inmueble", según el informe municipal.
El precio de compra, sobre el que se guarda silencio, parece que estuvo en torno a los 50 millones de pesetas, y alguno de los pisos ya rehabilitados.
Los albañiles tuvieron que entrar con mascarilla a causa de la gran cantidad de gatos muertos que había en el interior. La basura llenó numerosos contenedores. La cuidada rehabilitación permitió reconstruir lo arruinado y rescatar el resto. La manzana fue dividida en dos partes. Una se dedicó a viviendas, la más pequeña, de 120 metros cuadrados. La otra, en la que aún se trabaja, tiene 1.000 metros cuadrados y se compone de grandes salas, con techos pintados, posiblemente, por Mariano Maella, y habitaciones en estilo pompeyano. "No hay nada parecido en manos privadas en Madrid", dice Moreno de Barreda.
La rehabilitación mereció la concesión de un premio en el concurso de arquitectura y urbanismo del Ayuntamiento del año pasado, y fue un éxito desde el punto de vista empresarial, pues los pisos se vendieron sin publicidad. La vivienda más cara, con 700 metros cuadrados, se vendió a 50 millones de pesetas, cifra que será superada cuando se venda la citada zona artística en un precio que puede rondar los 250 millones de pesetas.
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