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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

ETA y pena de muerte

Hay un viejo fantasma que ronda por este país y que, de vez en cuando, coincidiendo con los períodos de dolor, indignación e impotencia colectiva que siguen a la comisión de alguna salvajada del tipo de la masacre del Hipercor, gusta de dejarse ver aquí y allá, especialmente en la calle y en la Prensa: la restauración de la pena de muerte. Se trata de una reacción primaria, visceral e impropia de seres humanos imbuidos, se supone, de inteligencia y sensibilidad. Es la vieja filosofía del ojo por ojo, del que la hace la paga y de la mano dura, tan apreciada por la derecha clásica siempre y cuando, por supuesto, sea dura por abajo y blanda por arriba. Ante la barbarie hay quienes se dejan cegar por la indignación y olvidan todo lo que con tanto trabajo hemos aprendido a lo largo de los siglos. Olvidan que la violencia engendra violencia y que la letra no es con sangre como mejor entra. Y se echan a la calle pidiendo a gritos el derecho a la venganza, el derecho a asesinar a los asesinos, el derecho a participar en el baño de sangre. Es inútil volver a entrar en la dialéctica de los pros y los contras de la pena de muerte, pues todo lo que se puede decir al respecto se ha dicho hace ya mucho tiempo. Se trata, simplemente, de mantener la serenidad y no permitir que algunos hechos desgraciados nos hagan volver atrás y nos arrastren de nuevo hasta la época de las cavernas.- Santiago Mas Plaza.

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