Una sucesión de incidentes
La guerra de las embajadas se inició el 30 de junio al rodear la policía francesa la Embajada de Irán en París y reclamar a Wahid Gordji como testigo en la investigación sobre los atentados de septiembre de 1986. Como represalia, Irán bloqueó la Embajada francesa en Teherán. Cuatro días después, Radio Teherán advirtió a París de las "previsibles consecuencias" de la actitud francesa.El 11 de julio, un incidente en el aeropuerto de Ginebra complica aun más la historia. El diplomático iraní Moshe Aminzadeh, tras negarse a la revisión de su equipaje, en el que fueron intervenidos documentos comprometidos, simuló, según la policía francesa, un ataque de nervios, y se golpeó en la cabeza, tras lo que denunció haber sido maltratado físicamente. En la noche del siguiente día, el carguero francés Ville dAnvers es ametrallado en el Golfo. No hubo víctimas.
El 14 de julio, el fiscal del Tribunal Islámico de Teherán cita a Jean Pierre Torri, cónsul de Francia en Teherán, para declarar por supuestas actividades de espionaje, ayuda a los contrarrevolucionarios y tráfico de drogas, divisas y antigüedades, acusaciones que Francia desmintió inmediatamente. La esposa del cónsul y su hijo de ocho meses se encuentran entre los 15 franceses que quedan en la legación de Teherán.
El 16 de julio, Irán amenaza con romper las relaciones diplomáticas si en el plazo de 72 horas no se retira la policía de su Embajada en París y no se presentan excusa por el incidente de Ginebra y castiga a los aduaneros. Como respuesta, el Ministerio del Interior francés refuerza el dispositivo policial en trono a la legación e impide, en la madrugada del día 17, la salida del territorio de 13 ciudadanos iraníes, entre ellos tres diplomáticos de la Embajada. Horas después, Francia anuncia la ruptura de relaciones.
Ésta es la primera vez que Francia toma una iniciativa de este tipo desde la II Guerra Mundial, aunque tres países -Nigeria en 1961, Guinea en 1965 y Perú en 1972- rompieron sus relaciones con Francia. Irán sí ha tenido conflictos diplomáticos en los últimos años. Entre 1979 y 1981, se produjo la llamada crisis de los rehenes, en la que un grupo de estudiantes islámicos retuvo durante 443 días en la Embajada de EE UU en Teherán a los 52 componentes del personal diplomático, y pidieron a cambio la extradición del sha.
El secuestro y agresión a un diplomático británico en Teherán estuvo en el origen de un intercambio de expulsiones entre Irán y el Reino Unido que culminó el 18 de junio con la retirada por la República islámica de 15 de sus 16 diplomáticos en la Embajada de Londres. El Foreign Office adoptó una medida similar y anunció que sólo aceptaría la presencia de un representante iraní.
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