Derribada la mitad de las infraviviendas del Rancho del Cordobés
El Rancho del Cordobés, uno de los guetos de infraviviendas más degradados del sur de Madrid, será derribado antes de finales de año para dejar paso al distribuidor sur, una vía que enlazará los accesos del sureste del municipio. Un portavoz del Instituto de la Vivienda afirmó que ya han demolido 80 sanquis (viviendas prefabricadas) de las 160 del barrio. Parte de sus habitantes han sido realojados en viviendas de promoción pública.
En el Rancho del Cordobés se cuece el ambiente más lumpen de todos los poblados chabolistas de Madrid. Cerca de un centenar de familias, principalmente gitanos y quinquis, for man una especie de mundo aparte a un lado de la carretera de Andalucía. La recogida de cartón, la chatarra y la venta ambulante son algunos de sus medios de subsistencia, entre los que destaca cada vez más el tráfico de drogas. La polícia no pisa el Rancho si no es en grandes contingentes.El núcleo original de infraviviendas surgió en los años sesenta. El Ministerio de la Vivienda destruyó años después las chabolas y concedió pisos a la mayoría en las proximidades. El resto se instaló en unas viviendas prefabricadas, concebidas para una corta existencia. Según el último censo del Rancho hay 162 sanquis, muchos de ellos con chabolas adosadas de fabricación casera. La mitad ha sido demolida en los últimos meses.
La mayoría de los desalojos corresponden a familias que estaban provisionalmente instaladas en los sanquis. Su realojo ha sido absorbido principalmente por el programa de barrios en remodelación.
"Los sanquis están instalados sobre suelo público", afirmó un portavoz del Ivima. "Lo que no se puede permitir es que familias a las que ya se han concedido viviendas de promoción pública pidan ahora que se les adjudique un nuevo piso. Muchas de ellas disponen incluso de otras chabolas y han ocupado los sanquis a asalto.
Fuentes del Ivima auguran para ellas un destino incierto: "Serán absorbidas por el Consorcio de Población Marginada
Los problemas presupuestarlos de este organismo, creado para el realojamiento de más de 2.000 familias chabolistas, no parecen asegurar una solución definitiva.
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