Esquema esquemático

R. S., La propuesta que el presidente del Gobierno, Felipe González, puso ayer sobre la mesa a los representantes de los interlocutores sociales (Confederación Española de Organizaciones Empresariales, Unión General de Trabajadores y Comisiones Obreras) ocupa cinco folios y medio y es, fundamentalmente, un índice de materias a discutir. Marcelino Camacho lo definió con acerado humor "un esquema esquemático".

El documento consta de un preámbulo en el que se señala que el ámbito temporal para la concertación "va desde 1988 a 1990, coincidente con la duración de la legislatura". Como objetivos básicos se señalan: 1.-Aumento de la ocupación, dirigida sobre todo a los jóvenes. 2.-Incremento de la política social que permita desarrollar la educación, la sanidad y la justicia. 3.-Consecución de un sistema económico más eficaz y competitivo que haga posible afrontar el reto de la integración en la Comunidad Europea.

Modelo de diálogo

A continuación se propone un modelo de diálogo con los interlocutores sociales y se recoge que en una primera fase de la negociación se puede incluir negociaciones entre Gobierno, sindicatos y patronal; acuerdos entre patronal y sindicatos, y acuerdos entre el Gobierno y algunas de las partes más afectadas en determinadas materias.

En contenidos, "a título de orientación", se enumera, entre otros, la creación de empleo -se incluye en este epígrafe fondos públicos de inversión, fondos salariales, inversión pública, etcétera-, modernización e integración en la Comunidad Europea -que incluye modernización de las relaciones industriales, sustitución de ordenanzas laborales, formación profesional, financiación y seguridad social, productividad, etcétera-, solidaridad -cobertura de desempleo, pensiones-, vertebración e integración de la sociedad -participación institucional, Consejo Económico y Social, arbitrajes, etcétera-, sector público -productividad, regulación de conflictos, etcétera- y medidas fiscales (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas e Impuesto sobre el Valor Añadido).

Aunque el presidente del Ejecutivo, Felipe González, admite en su propuesta que la negociación de un posible pacto puede articularse con contactos bilaterales o trilaterales, la diferencia con la propuesta que hacen los sindicatos parece seguir siendo la misma: las centrales obreras no quieren que esos posibles acuerdos que hayan de establecerse entre las partes terminen convirtiéndose en un pacto firmado. Y ahí parece estar la gran diferencia y la gran dificultad para llegar a un consenso.