José Guerra,
un abogado canario procesado por desfalco a la Hacienda local, a la que presuntamente estafó varios millones en su calidad de recaudador de impuestos municipales, ha declarado en Venezuela que su único delito consistió en querer a dos mujeres a la vez. José Guerra inició la fuga hace ocho años al salir a la luz el citado escándalo económico; entonces decidió, pese a la felicidad que le proporcionaban sus dobles amores, marcharse a comprar tabaco. El huido, que dejó tras sus huellas órdenes de busca y captura, asegura que abandonó la madre patria para que Paquita (su entonces amante) "no perdiese a sus hijos". El amor, a veces, impone sacrificios terribles.
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