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Dificultades económicas para la reactivación de las relaciones con Hungría y Checoslovaquia

Los Reyes de España comienzan hoy una visita oficial a Hungría y Checoslovaquia de cinco días de duración, cuando se cumplen 10 años del restablecimiento de relaciones diplomáticas con ambos países. Las posibilidades de una intensificación del comercio entre España y Hungría, primera etapa del viaje real, se han visto frenadas, por un lado por la escasez de divisas de Hungría, el solapamiento de ofertas en la exportación en la producción agrícola y por las dificultades de los exportadores españoles a aceptar el sistema de compensación en el comercio exterior. La visita de los Reyes a varias zonas del sur de los Estados Unidos, prevista para el próximo otoño, se realizará el mes de septiembre.

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A pesar de estas dificultades, existe un potencial considerable para el desarrollo de las relaciones entre España y Hungría, primer país visitado por los monarcas, en el sector industrial de máquina-herramienta y servicios y en el ámbito de la cooperación política, tanto bilateral como en el seno de la conferencia de seguridad y cooperación, donde ambos países, como miembros de dos alianzas defensivas distintas, pueden jugar un papel de acercamiento en el marco del proceso de mejora de las relaciones Este-Oeste.Don Juan Carlos y doña Sofía serán recibidos hoy por el jefe del Estado húngaro, Karoly Nemeth, para trasladarse después al Parlamento donde asistirán a una recepción. Durante su estancia en este país, los monarcas tendrán un encuentro con las máximas autoridades comunistas y con el primado de la Iglesia.

Hungría es un pequeño país de poco más de 10 millones de habitantes en el corazón de Europa cuya importancia política en las relaciones internacionales y en la comunidad socialista ha crecido continuamente en los últimos años al convertirse en el pionero de las reformas de los países del este de Europa.

En Budapest, bajo la dirección del máximo dirigente del Partido Socialista Obrero Húngaro (PSOH), Janos Kadar, de 76 años, con quien se entrevistarán los Reyes, se elaboraron en las dos últimas décadas las directrices del reformismo político del sistema socialista hoy ya reconocido e imitado en parte por aquellos aliados más celosos hasta ahora de los dogmas de la ortodoxia comunista.

Janos Kadar es ya en vida una leyenda de habilidad política y pragmatismo y el líder comunista de Europa oriental que cuenta con mayor aprecio en su país. No siempre fue así. Kadar llegó al poder en 1956, impuesto por la URSS para resolver la crisis y restablecer el papel dirigente de los comunistas tras el aplastamiento del levantamiento popular de octubre de aquel año por parte de los tanques soviéticos.

Fidelidad a la URSS

Entonces Kadar centró sobre sí todos los odios de la población. Con una actitud de fidelidad incuestionable a la URSS en su política exterior, en el interior del país Kadar comenzó pronto con una política de reconciliación nacional, simbolizada por su frase de "quien no está contra mí está conmigo", y abrió en 1968 la primera fase de las reformas económicas cuyas con secuencias políticas son hoy ya irreversibles.Hace apenas una semana el régimen realizó importantes cambios en su cúpula que convierten a dos destacados dirigentes, Karoly Grosz y Janos Berecz, en los máximos aspirantes a suceder al líder histórico húngaro. De éstos y la correlación de fuerzas en la dirección dependerá el ritmo en la profundización de las reformas cuya necesidad hoy ya nadie discute, pese a fenómenos negativos como las tensiones sociales que las desigualdades de ingresos están causando. Las últimas informaciones sobre nuevos pasos en la política económica demuestran que si bien con cautela para paliar dichas tensiones, se continuará en la línea de racionalización general de la economía.

Hoy Hungría es el país con el margen más amplio de libertad de movimiento para sus ciudadanos, mayores incentivos para la iniciativa privada que ha protagonizado el primer gran desarrollo del sector de servicios en un país socialista y la mayor pluralidad de información y debate. Hungría ha dado en su legislación los primeros tímidos pasos hacia un cierto carácter representativo de sus órganos de poder y reconocido la pluralidad de intereses en la sociedad moderna húngara.

El partido comunista tiene el papel dirigente anclado en la Constitución y el sistema socialista es, se insiste, incuestionable. Pero existen listas múltiples en las elecciones al Parlamento, los ciudadanos tienen libre acceso a la Prensa occidental, viajan con frecuencia a Occidente y las únicas colas que se ven en Budapest se forman frente a las taquillas de teatros y óperas y ante los despachos de ventas de acciones de empresas en la primera bolsa de accionistas de Europa oriental.

Hungría, con una historia jalonada de crisis y enfrentamientos, es, al igual que la vecina Checoslovaquia, que los Reyes de España visitarán posteriormente, partidaria y beneficiaria directa de la distensión.

Los problemas son, no obstante, cuantiosos y graves. La economía ha sufrido serios reveses en los últimos años y la reforma en la industria no ha tenido el éxito que tuvo en la agricultura, donde ha garantizado el suministro más completo de la comunidad socialista.

La iniciativa privada ha creado fortunas millonarias, mientras los no beneficiados por las reformas sufren la presión de las devaluaciones de la moneda, para acoplarla al sistema monetario como paso a una integración de Hungría en el mercado internacional.

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