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Un subcomisario mata a su esposa de tres disparos en un ascensor

Ángel Acero, subcomisario de la Brigada de Estupefacientes, de 48 años de edad, mató ayer a su esposa, María Eulalia Morgado, de 45 años, de tres disparos que le alcanzaron en la cabeza, el abdomen y el codo. El subcomisario mató a su mujer tras una fuerte discusión cuando subían al piso 14 del edificio del Palacio de la Prensa, en el número 4 de la plaza del. Callao, donde vivían los padres de la víctima y a los que iban a visitar, en la puerta B del citado piso. Aunque no se sabe nada definitivo sobre la causa de la muerte, los rumores apuntan a un posible caso de celos.La muerte se produjo a las 14.45 de ayer. Vecinos del inmueble afirmaron que a esa hora escucharon nítidamente tres disparos. Una mujer, vecina del piso 14, contó al portero de la finca que al oír los tiros se asomó a la puerta y vio a un hombre maduro, vestido con un traje claro, que se disponía a tomar otro ascensor de bajada. El hombre llevaba todavía una pistola en la mano.

Casi al mismo tiempo, un trabajador de Radio Callao, situado en la planta cuarta, llamó al otro ascensor, lo abrió y se encontro el cuerpo de la mujer en medio de un gran charco de sangre. En la pared del ascensor se aprecia la madera astillada por un impacto de bala. Eulalia Morgado fue trasladada aún con vida al hospital Clínico, donde falleció.

El presunto homicida bajó a la calle y se entregó en la comisaría del distrito Centro, mientras la dotación de un coche patrulla, avisada por los vecinos, le buscaba en el edificio. Fuentes de la Dirección General de Seguridad del Estado afirmaron ayer que el presunto homicida había pasado a disposición judicial y, posiblemente, sería trasladado a la prisión de Logroño.

El padre de la víctima, Rafael Morgado, había sido durante muchos años conserje del mismo edificio. Según la agencia Efe, bajó al cuarto piso a enterarse de lo que había pasado, y entonces se enteró de la muerte de su hija. Otras fuentes declararon que el matrimonio iba invariablemente a diario a visitar a los padres de la víctima. La madre de ésta, Concepción Chao, se encuentra enferma desde hace tiempo y su hija y su esposo iban a hacerla compañía. Ayer no fue posible hablar con; los familiares de la víctima. Una mujer anciana, que no quiso identificarse y ni siquiera decir si era familiar de la muerta, afirmó sólo que allí no había nadie y que no quería hacer declaraciones. La madre de María Eulalia sufrió un ataque de histeria y tuvo que ser atendida por un médico.

Por otros testimonios se ha sabido que el presunto homicida padeció años atrás una embolia, de la que ya se encontraba recuperado, y actualmente estaba enfermo de úlcera. "Su mujer", afirmó un vecino, "aparentaba menos edad y cuidaba siempre su aspecto".

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