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LA ESCALADA TERRORISTA EN CATALUÑA

Unos 70.000 barceloneses acuden a la marcha contra el terrorismo convocada por entidades ciudadanas

Unas 70.000 personas, según la Guardia Urbana, se manifestaron ayer contra el terrorismo en el distrito barcelonés de Sant Andreu, donde se encuentra situado el centro comercial Hipercor, blanco del atentado perpetrado el pasado viernes y que ha reivindicado ETA. La marcha, que tuvo un carácter ciudadano, se desarrolló sin incidentes y en silencio, roto solamente por aplausos y gritos aislados en favor de la pena de muerte y contra los terroristas. La marcha, que finalizó 45 minutos después de su inicio frente al hipermercado, comenzó y concluyó con la lectura de un comunicado de rechazo hacia el terrorismo. Mientras, dos de los heridos fallecieron ayer, elevando a 17 el número de muertes causadas por el atentado. La Jefatura de Policía de Barcelona informó anoche que sus inspectores requirieron a la dirección de Hipercor que desalojara el centro 41 minutos antes de la explosión.

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La manifestación comenzó a las doce de la mañana con la lectura de un comunicado por Jaume Domènech, presidente de la Asociación de Vecinos de Sant Andreu, una de las siete entidades ciudadanas convocantes. El texto consideraba como principal valor de la libertad "el total respeto a la vida humana", expresaba su confianza en la democracia corno único medio para "conseguir las aspiraciones de nuestro pueblo", rechazaba "la acción de cualquier grupo terrorista que pretende justificar sus acciones amparándose en las legítimas aspiraciones de cada pueblo", se solidarizaba con el "dolor de nuestros amigos y vecinos" y, por último, condenaba "el criminal atentado que se ha producido en el corazón de un barrio pacífico y trabajador".La convocatoria contó con la adhesión de varios partidos políticos y de los sindicatos UGT y CC OO. Todos los partidos con representación en el Parlamento catalán han convocado, por su parte, una manifestación unitaria que se iniciará a las 20.30 horas de hoy en la confluencia del Passeig, de Gràcia y la calle de Aragón.

Antonio, de 9 años, y Sonia, de 5, hermanos y vecinos del barrio, precedían la marcha con dos pancartas donde se leía: "Nosotros queremos la paz. Fuera ETA" y "Nosotros, los niños, decimos no a ETA", respectivamente. Tras ellos, Germà Vidal, presidente del consejo de distrito, flanqueado por Jaume Domènech, la vecina del barrio y concejala en funciones Eulpalia Vintró y los responsables de CiU en el distrito, Ana Paredes y Joan Anton Audet, sostenían, entre otros, la pancarta que abría la marcha con la leyenda "El distrito de Sant Andreu, contra el terrorismo". Detrás estaba el alcalde Pasqual Maragall, que participó en la convocatoria, junto con su esposa, Diana Garrigosa, "como un ciudadano más".

Juan José González, de 46 años, sostenía una de las escasas pancartas que se enarbolaron en la manifestación: "Vivir bajo el terrorismo es morir lentamente. Mátenme de frente, viva la vida", decía. Otra pancarta, sostenida por el presidente del Col.legi de Periodistes de Catalunya, Carles Sentís, y los miembros de su junta decía: "Los criminales no asesinarán la esperanza".

Media hora después de que Germà Vidal leyera el comunicado, se guardara un minuto de silencio y los manifestantes comenzaran a disolverse, llegaron frente a la plaza donde está Hipercor decenas de padres y alumnos del Colegio de la Santa Creu, de Barcelona, donde estudiaban Sílvia y Jordi Vicente, muertos en el atentado. María del Mar Duro y Rafi Mesa, de 13 y 14 años, respectivamente, lloraban con desesperación. Depositaron un ramo de rosas blancas en la plaza y se retiraron recordando que Sílvia, su compañera de clase, quería dejar de estudiar al obtener el graduado escolar.

ETA reivindicaba, horas más tarde, con un comunicado remitido a la agencia France Presse y a diversos medios de comunicación del País Vasco, la autoría del atentado, que la propia organización terrorista califica de "grave error". En el comunicado, según informa dicha agencia, se reconoce "la gran responsabilidad que se deriva de este suceso".

Consuelo Ortega Pérez, de 67 años, y Felipe Caparrós Ubierna, de 44; dos de los heridos en el atentado, fallecieron mientras se desarrollaba la manifestación, elevando a 17 el número de víctimas mortales. 19 personas permanecen aún ingresadas, 12 de ellas con pronóstico grave. El único cadáver que permanecía sin identificar corresponde a Luisa Ramírez Calanda, de 41 años.

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