El diagnóstico ortopédico infantil
El empleo de la ecografía en el niño como procedimiento diagnóstico en la patología de la cadera infantil y especialmente en relación con las displasias y luxaciones congénitas de esta articulación constituye un momento estelar en el diagnóstico ortopédico infantil, según sostiene el autor de este artículo, quien se refiere a la responsabilidad del neonatólogo a la hora de detectar este tipo de anomalías.
La utilización de los ultrasonidos como medio de diagnóstico en distintos campos de la medicina es conocida ya y empleada desde hace muchísimos años (en la mujer embarazada, para conocer la evolución fetal; en el descubrimiento de una patología cardiaca, abdominal, renal, traumática, etcétera). Pero como método exploratorio de la cadera infantil es bastante nuevo. Se remontan a 1980 las primeras publicaciones realizadas por el cirujano ortopédico y traumatólogo austriaco doctor R. Graf, en las que sentó las bases teóricas y prácticas de unos conocimientos en los que, de una forma sistemática, describía las correlaciones anatómicoecográficas de la cadera tanto en su aspecto normal como en el patológico.Indudablemente, los neonatólogos, pediatras y ortopedas somos los especialistas que con más frecuencia solicitamos el estudio radiográfico de la cadera, y lo hacemos a sabiendas y con un conocimiento pleno de los efectos negativos que unas exploraciones repetidas pueden tener en el niño.
Utilizamos -hemos utilizado- frecuentemente la exploración radiológica para seguir la evolución de un proceso patológico a nivel de la cadera en el niño. Pero afirmamos rotundamente que los médicos solicitamos esa exploración con los rayos X las menos veces posibles. Pero esas pocas veces son muchas pocas veces repetidas. Es evidente que a un pediatra o un ortopeda no se nos puede escapar una patología importante a nivel de la cadera del recién nacido o más tarde, cuyo descubrimiento posterior pueda inducir a unas secuelas importantes que marquen toda la vida del niño con una cojera llamativa y/o una predisposición a unas modificaciones degenerativas artrósicas Sin embargo, cualquier especialista podría confirmar que, desgraciadamente, todavía nos llegan numerosos casos de caderas dislocadas o luxadas (más frecuentemente subluxadas) cuando el niño tiene meses de vida.
El empleo de los ultrasonidos, de la ecografía, en el niño -y especialmente en el estudio de la cadera- ha venido a solventar el aspecto negativo de los frecuentes- estudios radiográficos. Pensamos además que en el momento actual, y en el contexto agresivo del mundo en que vivimos (nos referimos a la relativa facilidad con que la técnica nos puede sorprender negativamente), hemos de evitar cualquier elemento nocivo, especialmente en los primeros años de vida del niño.
Dos son las ventajas principales derivadas de la utilización de la ecografía de la cadera en el niño: la primera es la de tratarse de un método inocuo, no dañino; la segunda es -que un ecograma de la cadera -y nos referimos nuevamente a la patología luxante- nos proporciona una información más detallada y completa de la anatomía de la articulación.
Pero resaltemos ese primer aspecto de inocuidad del empleo de la ecografía. Hemos conseguido evitar un importante lastre de radiaciones en el niño.
Nuestra experiencia con la realización de centenares de ecogramas atestigua, confirma y corrobora las grandes ventajas de la ecografía de la cadera en el niño. Por eso pensamos que es el momento ideal para intentar siolicitar menos estudios radiográficos en ese campo de la patología infantil, fundamentalmente antes de los dos años de edad. Esa exploración para esta patología articular debe extenderse ampliamente previo aprendizaje. El aparato utilizado (ecógrafo y sonda) es el mismo que el precisado para otras exploraciones ecográficas de niños o adultos. El niño no necesita anestesia ni sedación alguna.
También queremos hacer resaltar que en la patología del aparato locomotor, los ultrasonidos son utilizados hace años para otras indicaciones médicas, ampliándose en la actualidad el abanico de posibilidades diagnósticas (inflamatorias, traumáticas, tumorales, etcétera).
Tenemos la ineludible obligación de evitar las radiaciones en el niño. Ya recibirá bastantes en su futuro con otras exploraciones médicas debidas a enfermedades o accidentes. Por eso calificamos a esa exploración de la cadena en el niño con los ultrasonidos como momento estelar de la medicina dentro del mundo pediátrico. Un nuevo y esperanzador horizonte ha surgido en el futuro con este proceder diagnóstico.
es doctor en Medicina y Cirugía; especialista en traumatología y ortopedia del hospital del Niño Jesús, de Madrid.
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