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El desequilibrio comercial entre España y Brasil centró el primer encuentro de González y Sarney

ENVIADO ESPECIAL, El presidente del Gobierno, Felipe González, comenzó ayer oficialmente su visita a Brasil con una entrevista con el presidente de la República Brasileña, José Sarney, con quien González analizó el estado de las relaciones bilaterales, con especial incidencia, por parte española, en el balance comercial, cuyo saldo es de nueve a uno desfavorable a España desde hace varios años. Los brasileños son conscientes de que algo hay que hacer para corregir este déficit, pero en la práctica son reacios a aumentar sus compras, argumentando la imperiosa necesidad de buscar superávit para pagar su deuda externa.

González expondrá hoy a los parlamentarios brasileños el éxito de la transición española basada en el consenso y en el diálogo de los partidos políticos, un ejemplo que se sigue con especial interés en el país sudamericano, que vive un crispado período constituyente, después de dos décadas de gobiernos militares. La intervención del jefe del Ejecutivo español esta mañana ante la asamblea constituyente del Congreso brasileño, constituye el acto más importante de la visita de González a Brasil, que se prolongará hasta el viernes.El intento de reequilibrar la balanza comercial desfavorable a España y la intensificación de las relaciones políticas con el gigante latinoamericano completan la dimensión de la visita de González a Brasil, país considerado prioritario en el plan del presidente del Gobierno de recorrer los países latinoamericanos.

Por parte brasileña la visita de González tiene un perfil más reducido, dado el enorme protagonismo que tiene en estos momentos la situación económica y las consecuencias del nuevo plan cruzado, anunciado el pasado viernes, en un intento. del Gobierno por atajar una inflación que en mayo fue del 25% y que está directamente relacionada con el peso de una deuda externa de 115.000 millones de dólares, la más alta de los países en vías de desarrollo.

Por parte de la delegación española se espera algún resultado concreto que cambie esta situación en los intercambios comerciales aunque las expectativas son más bien moderadas y se contentarían con pasar de una proporción de nueve a uno a otra de seis a uno en los intercambios, lo que se lograría aumentando a 100 millones de dólares (unos 13.000 millones de pesetas) las ventas a Brasil. Una cifra poco ambiciosa si se tiene en cuenta que el total de las importaciones brasileñas ascienden a 14.000 millones de dólares. En 1986 las exportaciones brasileñas a España fueron de 87.556 millones de pesetas frente a unas compras de 10.929 millones, un déficit de 76.628 millones de pesetas y, una cobertura de apenas el 12,4% en la balanza comercial.

Aspecto vacacional

Felipe González inició su visita oficial a Brasilia, después de permanecer 48 horas en la ciudad costera de Salvador-Bahía, donde descansó durante el fin de semana. A su llegada a la futurista capital brasileña, González y sus colaboradores ofrecían un envidiable aspecto vacacional, con un intenso moreno, que constrastaba visiblemente con la numerosa delegación oficial brasileña que acudió a recibirle. El presidente González pasó el domingo nueve horas en alta mar dedicado a la pesca. El ambiente relajado y vacacional del fin de semana en Salvador-Bahía se vio interrumpido por el seguimiento ante el hacer panameño del coronel Díaz Herrera y por la resaca de los resultados electorales de las pasadas elecciones municipales y autonómicas en España.La delegación española llegó a Brasilia a las 11.50 (hora local), siendo recibidos en una protocolaria ceremonia por el presidente brasileño, José Sarney, y su Gobierno. Felipe González almorzó en privado, en su residencia oficial del palacio de Jaburu, con los tres ministros que le acompañan en este viaje: el de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez; el de Economía, Carlos Solchaga y el de Cultura y portavoz del Gobierno, Javier Solana.

Otros asuntos de los encuentros políticos que Felipe González mantendrá, con el presidente Sarney serán la deuda externa, la situación centroamericana, el proceso de integración económica de los países del Cono Sur y el diálogo entre la CE y América Latina, un tema en el que España tiene un protagonismo especial en Bruselas y que se concretará, en los próximos días, con una declaración política de los doce.

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