Una piedra en el zapato

En su diario, publicado con el título La quinta frontera, el fallecido líder panameño Omar Torrijos escribió el 3 de octubre de 1977 sobre su encuentro con el presidente del Gobierno español Adolfo Suárez. Torrijos le explicó los términos del tratado que tres semanas antes había firmado con el presidente de Estados Unidos Jimmy Carter, y escribe que le dijo a Suárez: "Hemos cambiado una estaca en el corazón, que íbamos a tener que sufrir durante una perpetuidad más uno, por una piedra en el zapato, que nos estará molestando 23 años. La diferencia es más que grande".Ya sólo quedan 13 años y unos meses de soportar la piedra en el zapato de que hablaba Torrijos. El tratado prevé la existencia de una Comisión del Canal, en la que figuran cinco estadounidenses y cuatro panameños. El actual administrador es norteamericano, y el subadministrador panameño, pero el 1 de enero de 1990 deberán invertirse los términos: el panameño pasará a ser administrador. El ex ministro de asuntos exteriores de Panamá, Oydén Ortega, miembro de la Comsión del Canal, explicó a este periódico que la Ley 96/1970 de EE UU desconoció lo pactado en los tratados Torrijos-Carter.

Según Ortega, la ley "pretende convertir la Comisión del Canal en una rama del Ejecutivo estadounidense, poniendo su dirección en manos del secretario de Defensa de aquel país y queriendo hacer de su junta directiva una mera junta supervisora". Se lamenta Ortega de que, por medio de manipulaciones contables, se priva a Panamá de una buena parte de los ingresos que le corresponderían por la explotación del canal, y considera que en los últimos siete años Panamá sólo percibió nueve millones de dólares (1.125 millones de pesetas) de beneficios, mientras que con otra interpretación contable debería haber recibido 70 millones de dólares (8.750 millones de pesetas).

Existe el temor en Panamá de que EE UU, hasta la entrega definitiva del canal, no realice las inversiones necesarias para mantener adecuadamente esta vía. Está abierta la discusión sobre la necesidad de realizar un ensanchamiento del Corte Culebra para facilitar el paso simultáneo de dos barcos, lo que permitiría un ahorro de tiempo y una mayor capacidad de utilización del canal.

Ortega reconoce que de los 8.000 empleados del canal, el 80% es panameño, pero en los 163 puestos ejecutivos sólo hay un 28% de panameños.