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El Banco de Vizcaya se querella por falsedad contra uno de los procesados en el sumario de la colza

El Juzgado de Instrucción número 21 de Barcelona ha admitido a trámite una querella presentada por el Banco de Vizcaya, por presunta falsedad en documento mercantil, contra el industrial catalán Miquel Par Balcells, ex propietario de la empresa Lípidos Ibéricos, SA, y procesado en el juicio de la colza, que se celebra en Madrid. Par Balcells está siendo juzgado en la causa del síndrome tóxico por el mismo delito. El fiscal del juicio de la colza le imputa un presunto delito continuado de falsedad en documento mercantil, por el que solicita una pena de seis años de prisión.

La querella presentada esta semana en Barcelona por el Banco de Vizcaya tiene su origen en un crédito de 55 millones de pesetas que la citada entidad concedió en 1979 a la empresa Lípidsos Ibéricos y a sus propietarios Miquel Par Balcells e Ignasi Baixeras Obradors, quienes ofrecieron como garantía de este préstamo diversos bienes personales. El crédito del Banco de Vizcaya en 1981, según se desprende del escrito de querella, sin que los destinatarios del préstamo hubieran reembolsado la cantidad ni los intereses al banco. A raíz de esta deuda, la entidad entabló un procedimiento ejecutivo y embargó dilversos bienes personales, ene ellos un terreno y el chalé de lujo Mas Ambrós, situado en la localidad de Sant Antoni de Calonge (Gerona), en plena Costa Brava, propiedad de Miquel Par Balcells.

El Banco de Vizcaya se adjudicó esta finca por impago de la deuda e intentó tomar posesión de ella para posteriormente venderla y resarcirse del crédito de 55 millones de pesetas. Pero los administrativos de la entidad se encontraron entonces con la sorpresa de que no podían disponer plenamente de la finca, ya que ésta había sido arrendada en beneficio de Carmen Caro Cebrián, quien aportó un contrato de alquiler firmado con Miquel Par Balcells en 1981, el mismo año en que se descubrió el síndrome tóxico.

El banco investiga

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Los servicios jurídicos del Banco de Vizcaya, al descubrir ciertos vínculos familiares y sentimentales entre Carmen Caro Cebrián y Miquel Par Balcells sospecharon que el contrato de alquiler hubiera sido falseado con el objetivo de no perder el disfrute de la finca y continuar en ella. A raíz de estos indicios, el Banco de Vizcaya decidió presentar la querella por falsedad en documento mercantil contra Miquel Par Balcells y Carmen Caro Cebrián.

El letrado que en nombre del Banco de Vizcaya firmó la querella senegó ayer a efectuar comentarios con respecto al caso. Por su parte, Miquel Par Balcells reconoció los vínculos sentimentales, aunque no familiares, con Carmen Caro Cebrián. Recalcó, sin embargo, que el contrato de arrendamiento de la finca era anterior a la suscripción del prestamo con el Banco de Vizcaya y que, por consiguiente, "no trataba de eludir el pago de ninguna deuda", ni de impedir que la entidad se quedara con la finca.

Miquel Par Balcells, que durante dos años permaneció en prisión por su supuesta implicación en el caso de la colza, era copropietario, con Ignasi Baixeras, actualmente huido a Ecuador, de la empresa Lípidos Ibéricos. Esta firma importó aceite de colza crudo que desvió al consumo humano. Par Balcells, según la acusación del fiscal de la Audiencia Nacional, modificó determinada documentación que podría implicar a su empresa en la comercialización de grasas que fueron mezcladas con otros aceites, supuestamente tóxicos. Estos hechos, en opinión del ministerio público, son constitutivos de un delito continuado de falsedad y por ello está siendo juzgado con los demás industriales aceiteros en el Auditorio de la Casa de Campo de Madrid.

Apoderado de una aceitera

Miquel Par Balcells trabaja actualmente como apoderado de una empresa cooperativa dedicada al tratamiento de grasas. Esta firma está ubicada en la misma finca donde se encontraba la empresa Lípidos Ibéricos, que desapareció jurídicamente a raíz de un procedimiento de suspensión de pagos que coincidió con las investigaciones efectuadas sobre el síndrome tóxico. Par Balcells aseguró ayer que se encuentra en la ruina y que perdió todos sus bienes y propiedades a raíz del escándalo de la colza.

Las operaciones comerciales efectuadas por Miquel Par Balcells a raíz del escándalo de la colza, así como las de otros implicados tendentes a salvar su patrimonio personal, han sido minuciosamente investigadas por el letrado Ignacio Uriarte, que en el proceso del síndrome tóxico actúa como acusador en nombre de la Organización de Consumidores y Usuarios. Este letrado afirmó el pasado mes de marzo, con ocasión de la apertura del juicio de la colza, que las manipulaciones patrimoniales de los implicados son "una cuestión pendiente sobre la que la justicia tendrá que pronunciarse".

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