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Entrevista:WASHINGTON MIRA HACIA EL SUR

La América del general John Galvin

A punto de ser comandante supremo de la OTAN en Europa, el jefe del Comando Sur de EE UU pasa revista a su zona

JOSÉ COMAS ENVIADO ESPECIAL, John Galvin recibe en su despacho del Comando Sur en Panamá al enviado de este periódico con una frase en casi perfecto castellano: "No voy a hablar de Torrejón ni de nada relacionado con mi futuro puesto en la OTAN". Faltaban sólo 10 días para la entrega del Comando Sur a su sucesor. Vestido con una camiseta, Galvin tiene un aire más bien de profesor universitario norteamericano que de general .de cuatro estrellas. Además de su carrera militar, en la que se pasó ya 10 años como ayudante de dos comandantes en jefe de la OTAN y dirigió un batallón en la Guerra de Vietnam, Galvin se licenció en literatura inglesa en la universidad de Columbia.

El día de la entrevista comentó que se había pasado el día subiéndose y bajándose los pantalones para someterse a un sinfin de pruebas médicas. Galvin recuerda que en 1979 había pasado seis meses en España, donde participó en las maniobras militares Crisex 79, para probar las "fuerzas con untas combinadas".

No se olvida de los lugares que recorrió en España y menciona también al general español Manuel Saavedra, que "mandaba la división mecanizada de Sevilla".

Su despacho está decorado con fotos de soldados. En una pared cuelga un mapa en relieve de Panamá, bien marcado el estratégico canal, cuya defensa constituye uno de los objetivos primordiales del Comando Sur.

Pregunta. Usted estuvo, dos años y tres meses aquí, en el Comando Sur, ¿cuál fue la peor experiencia que ha tenido?

Respuesta. Lo peor es ver las dificultades en que se encuentran los países de Latinoamérica. Muchos países tienen nuevas democracias, pero con infraestructuras muy débiles y atacados por el terrorismo, los insurgentes y los traficantes de drogas. Además, sufren la deuda externa y el estancamiento económico. Todo esto es una mezcla sumamente peligrosa y difícil. Eso quiere decir que nosotros, los norteamericanos, que somos un país muy importante en las Américas, tenemos que hacer un poco más de sacrificio para, ayudar a nuestros aliados aquí en el hemisferio.

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P. En sus artículos e intervenciones ante el Congreso de EE,UU usted insiste en el papel de Cuba y Nicaragua en la subversión y la- insurgencia de América Latina. ¿Cree usted que se puede exportar la revolución?

R. Sí se puede exportar la revolución. Con todos los problemas que tienen los países latinoamericanos, Cuba tiene muchas posibilidades de exportar la revolueión, y eso es precisamente lo que está haciendo desde hace 20 años. Cuba ha entrenado a más de 10.000 latinoamericanos que han regresado a sus países para desestabilizar el Gobierno.

P. ¿Qué consecuencias tendrá en América Latina la. pérdida de confianza por el escándalo del Irangate y el desvío de fondos a la contra?

R, Yo temo que este escándalo va a dañar nuestra estrategia para la región. El Irangate es una cosa sucia y mala y parece que mucha gente ha hecho cosas que están fuera de la ley y por eso van a ser juzgados. Pero eso no tiene mucho que ver con la estrategia de Estados Unidos en Centro amenca. Yo espero que el Con greso de EE UU pueda ver que el enlace entre el Irangate y la con tra de Centroamérica es na cosa que no tiene, de veras, casi nada que ver con nuestra posición con vistas a Centroamérica.

Posibilidades de la 'contra'

P. Muchos piensan que la contra no tiene ninguna posibilidad militar contra eI Ejécito sandinista. ¿Cuál es su opinión?

R. El número de contactos, es decir, de unidades disparando una contra otra en Nicaragua, ha aumentado a más de 300 por mes. Hay 12.000 contras dentro de Nicaragua, en toda la parte Este y la parte Norte central, en los cafetales de esas zonas. Me parece a mí que dentro de dos meses, si los contras siguen como ahora, veremos que tienen mu cho que hacer en Nicaragua.

P. ¿Le gustaría a usted que la contra fuese tan fuerte militar mente como la guerrílla salvado reña?

R. El número de efectivos de la guerrilla salvadoreña hace dos años era 11.000, y ahora es de 6.000 o 7.000, más o menos la mi tad de lo que tenían cuando esta ban pensando en su ofensiva final, en 1981. Me parece que la guerra militar va muy bien en El Salvador. Las fuerzas armadas de El Salvador van ganando. Todavía tenemos muchos, problemas, pero contamos con un plan nacional y la completa dedicación del señor presidente José Napoleón Duarte en luchar contra la guerrilla. Él va explicando siempre al pueblo la necesidad de que todos luchen contra, la guerrilla. Me parece que la guerrilla, el Frente Farabundo Martí, todavía es una fuerza muy importante y muy dura. La guerra continúa, pero también los sandinistas van a tener muchos problemas con los contras. Van a tener mucho que hacer, y me parece a mí que los contras sí tienen posibilidad de victoria si nosotros seguimos ayudándoles y mostrando que vamos a sostener ese apoyo.

P. Usted habló de la necesi dad, de continuar con el apoyo a los contras, ¿pueden los políticos perder una guerra que ganan los militares?

R. Si nosotros podemos soste ner la ayuda para los contras, ellos sí pueden ganar la guerra. Es una guerra revolucionaria, porque ellos quieren cambiar el Gobierno, y me parece a mí que tienen buena chance para hacerlo si nosotros los apoyamos. Estu diando a la contra, uno tiene que tener en cuenta algo de la insurgencia clásica: que siempre tiene apoyo de fuera. Hay ahora ocho o nueve situaciones de insurgencia en los 17 países de Latinoamérica, y todos, con excepción tal vez de Sendero Luminoso, tienen apoyo de fuera, tienen santuarios. También todos tienen problemas políticos entre ellos. Por ejemplo, la gente dice: "¿Cuándo se va a resolver el lado político de los contra?". Siempre ha sido así. En el mismo Frente Sandinista era así. En el Movimiento Diecinueve de Abril (M19), en Colombia, hoy se están matando entre ellos. Es un tema clásico del crecimiento de una insurgencia la aparición de esa lucha política. Siempre ha sido así, pero eso no quiere decir que la contra no constituya una fuerza dura y poderosa, porque sí lo es.

P. Entonces, ¿usted está en contra del plan Arias?

R. No, porque el asunto de Centroamérica no es únicamente Nicaragua. Los sandininas son la fuente del problema, y la acción contra ellos tiene que responder a una estrategia colectiva y global. Tiene que tener su faceta política y diplomática, la guerra de información, etcétera. La segunda reunión de Esquipulas [de presidentes centroamericanos] va a ser una conferencia muy importante. Mi opinión es que si el plan Arias sirve de base paÉa una conversación constructiva sobre la forma de resolver la situación en Centroamenca estará bien. Pero, si el presidente óscar Arias [de Costa Rica] no tiene flexibilidad con su plan, yo no sé cómo va a salir, porque el plan en este momento no tiene fuerza, no tiene dientes. Lo que el plan necesita es algo de fuerza para ponerse para llevarlo a cabo.

El riesgo mexicano

P. ¿Está usted de acuerdo con que el gran riesgo, la bomba de tiempo, para Estados Unidos es México?

R. Para mí, especialmente como militar, lo importante es mejorar los lazos de militar a militar con México. Pero yo no quiero hablar únicamente como militar. Nosotros tenemos un vecino que, únicamente por ser vecinos y no por otras muchas cosas, tiene que ser absolutamente importante para nosotros. Me parece que los dos lados queremos vivir en paz y amistad, en una relación constructiva. Eso es lo que buscamos.

P. ¿Vería usted viable, útil, interesante reavivar el Condeca? [Consejo de Defensa Centroamericano, que agrupa a los ejércitos de los países del istmo y se desintegró poco a poco].

R. Me parece que el Condeca tal vez tendría su parte en la infraestructura colectiva de Centroamérica. Al mismo tiempo, dentro de una democracia, el papel del militar tiene que ser dirigido por el Gobierno, es decir, es el presidente quien representa al pueblo. El jefe militar ayuda y aconseja al presidente y lleva a cabo la defensa del país bajo órdenes del presidente. Por eso a mí no me gustaría ver el Condeca como algo que tomase decisiones fuera del Consejo de Naciones Centroamericanas...

P. ¿Cómo ve usted el hecho de que Guatemala, sin ayuda militar norteamericana, ha reducido prácticamente a nada su guerrilla, mientras El Salvador, a pesar de toda la ayuda masiva, tiene un problema grave con la guerrilla?.

R. Estamos hablando de dos países diferentes. El Salvador estaba en 1981 haciendo frente a una situación muy dificil. Fue la ofensiva final del Farabundo Martí, cuando El Salvador tenía 14.000 efectivos en las fuerzas armadas, y el Frente Farabundo Martí tal vez 20.000 efectivos, o por lo menos 15.000. Ahora, seis años más tarde, las fuerzas armadas tienen 56.000 efectivos, mientras el Farabundo Martí ha bajado a 6.000 o 7.000. El Salvador tiene un plan nacional, tiene una democracia y va ganando la guerra. Ahora... en Guatemala yo admiro a las fuerzas militares guatemaltecas por las acciones que han llevado a cabo y que les han llevado a la victoria. También admiro cómo las fuerzas armadas entregaron el gobierno a los civiles para que se reinstaurara la democracia.

P.¿Ve usted una posibilidad o considera factible un cambio en los tratados del canal de Panamá por mutuo acuerdo?

R.Dentro de los tratados se permite la posibilidad de un acuerdo, para la defensa mutua del canal. Las palabras, "defensa mutua" existen dentro del tratado. No hemos llegado a saber precisamente lo que quiere decir eso, pero lo que le puedo decir es que nosotros tenemos un tratado. Hemos firmado el tratado con Panamá con toda la buena voluntad que nosotros podemos mostrar. Estamos preparados para salir del canal de Panamá antes del año 2000. En este momento el funcionamiento del canal ha pasado en más del 75% a los panameños, y nosotros vamos entregando poco a poco las guarniciones. Hemos entregado partes del canal, inclusive el ferrocarril. Año tras año vamos entregando más y más para llegar de una forma bien organizada al año 2000. Si no hay ningún cambio, y yo no sé mucho de cambios, porque eso es entre Gobierno y Gobierno, nosotros vamos a salir con el plan que tenemos, que es entregar año tras año las facilidades, las guarniciones, las pistas, los muelles y todo, lo que tenemos en Panamá.

P. ¿Es posible que Gorbachov le deje a usted sin trabajo?

R. Eso es lo que necesita el mundo. A mí me gustaría quitarme el uniforme y vivir en paz para siempre. El desempleo es malo en el mundo, con la excepción de los militares. Cuando los militares tengan desempleo, vamos a ir bien.

P. Si Gorbachov sigue haciendo ofertas de desarme, la opción cero y la supercero, y usted se queda sin trabajo en la Alianza Atlántica, ¿tiene que volver al Comando Sur o qué?

R. Yo no quiero hablar de los ceros de la OTAN.

P.Una pregunta de tipo un poco más general: ¿diría usted que el orden que se implantó en Yalta, al final de la II Guerra Mundial, es una garantía para la paz mundial o es algo que se debe superar?

R.Me parece que no se trata de superar lo que hicieron los grandes poderes en Yalta. Hay que ver el futuro y no el pasado, y ver el arte de lo posible en la relación entre el Oeste y el mundo soviético. En mirar el futuro quedan las posibilidades de la paz. Veremos, veremos. Tenemos en Gorbachov un hombre que parece tener más flexibilidad política que sus antecesores. Veremos.

Polémicas en Colombia y Chile

El militar norteamericano realizó recientemente una gira de despedida y sus opiniones generaron polémica en Colombia, donde dijo que la tregua favorece a la guerrilla, y en el Chile del general Agusto Pinochet.Pregunta. ¿Mantiene usted que la tregua enColombia favorece a la guerrilla?

Respuesta. Sí, sí. En Colombia, o en cualquier país donde la guerrilla está bien organizada, la tregua favorece a la guerrilla.

P.En Chile, fue criticado tanto por el Gobierno como por la oposición... ,

R.Eso es porque soy un hombre equilibrado. -[Se ríe]. En Chile, yo, como militar, les dije la misma cosa que ha dicho el señor embajador [de Estados Unidos, Harry Barnes], porque entre el Departamento de Estado de Estados Unidos y el Departamento de Defensa no hay ninguna diferencia. Muchas veces, en especial en algunos países de Latinoamérica, se cree que lo que dice el Departamento de Estado puede ser cambiado por el Departamento de Defensa o que hay arreglos por el lado [bajo cuerda] con los militares, especialmente si el Gobierno es militar. Esto no es la verdad. Lo que dice el Departamento de Estado y el embajador es lo que dice también el señor general comandante en jefe del Comando Sur. En Chile, lo más importante que vemos es la necesidad de un poco de espacio político. Vamos llegando a las elecciones, pero si no hay espacio político las figuras políticas na van a ser bien conocidas por el país y eso va a hacer más difíciles las elecciones que le convienen a Chile..

P.¿Diría que cada día que Pinochet permanece en el poder es más perjudicial?

R.Yo no dije eso. Lo que yo digo es que el general, el presidente Pinochet, sí tiene un plan para llegar a elecciones libres y verdaderas en Chile. Me parece que si hay elecciones todo va bien, con la excepción de que no estoy seguro de que haya el espacio político necesario para desarrollar bien las elecciones.

Por qué no dejan tranquila a Nicaragua?

El general John Galvin es un convencido defensor de la estrategia de acoso y derribo del régimen sandinista de Nicaragua y gran parte de su actividad se concentra en el conflicto nicaragüense.Pregunta. ¿General, por qué no es posible dejar tranquila a Nicaragua, con su marxismo como coexisten las dos Alemanias, por ejemplo?

Respuesta. Los sandinistas han anunciado desde sus principios que lo suyo es una "revolución sin fronteras". Eso quiere decir que quieren minar a los países vecinos. Para nosotros, eso sería muy peligroso: ver el flanco sur de Estados Unidos completamente hostil y haciéndonos frente. Yo soy un militar y he estudiado mi estrategia. Más de dos veces en este siglo Estados Unidos ha necesitado proyectar su poder fuera de sus fronteras, en el Pacífico y en el Atlántico: en la primera guerra, la segunda, Corea, Vietnam. Es muy difícil hacerlo si la base, el hogar, no está segura. Por primera vez tendríamos una situación en que no podríamos proyectar ayudar a la OTAN o a otra alianza sin pensar primero en el flanco sur, es decir, en Centroamérica. Esto sería muy difícil para nosotros. Por eso estoy de acuerdo en que la estrategia debe ser llevada a cabo a base de estabilidad en Centroamérica, pero no estabilidad a cualquier coste, sino estabilidad democrática. La estabilidad democrática en Centroamérica es muy importante para nosotros.

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