Una casta aparte
El Ejército turco, con 600.000 hombres (de ellos, 70.000 oficiales), es el más poderoso de la OTAN, después del de Estados Unidos. Frente a la fragilidad de la sociedad civil democrática, que en las últimas décadas ha estado en varias ocasiones al borde de la desintegración, las fuerzas armadas ofrecen un ejemplo de cohesión que ha configurado a sus miembros como una casta aparte.A sus órdenes, mi comandante, el libro de Mehmet Alí Birand, corresponsal en Bruselas del diario liberal Milliyet, constituye una radiografía del Ejército turco que ha levantado chispas porque mantiene precisamente la teoría (profusamente documentada) de que existe un abismo infranqueable entre la sociedad civil y la castrense.
El jefe del Estado Mayor, general Necdet Urug, en unas declaraciones recogidas por la agencia France Presse, calificó de calumnias las afirmaciones de que los militares viven en un mundo aparte. Y recalcó: "Somos parte de la sociedad y de la nación, así como los guardianes de la democracia".
Los mandos militares siempre apoyan su tesis de la fusión Ejército-nación en el hecho de que los oficiales son en su mayoría de extracción social muy humilde y procedentes de todas las regiones del país.
Pero lo que configura la casta militar turca es la formación que se imparte en las escuelas especiales, de un nivel técnico probablemente más elevado que el de las universidades y que, como asegura Birand citando al jefe de uno de estos centros, pretende convertir a los oficiales en personas superiores "en conocimientos y en carácter".
Con independencia de su origen, los hombres que salen de las academias militares asumen ya como propia la mentalidad de salvadores del Estado, que probablemente está en el origen de los tres últimos golpes.
Este espléndido aislamiento se pone de manifiesto en la existencia de viviendas, hoteles, restaurantes, economatos y ciudades de vacaciones reservados a los militares y a sus familias. Tradicionalmente, los miembros de las fuerzas armadas han estado al abrigo de las consecuencias negativas de las crisis económicas, que han castigado duramente a otras capas sociales.
El principal punto de enlace entre la sociedad militar y la civil ha sido en los últimos años la entrada de altos oficiales en los consejos de administración de empresas.
El Ejército (o al menos su cúpula dirigente) se ha integrado así en una estructura de corte capitalista, lo que a juzgar por los hechos no ha sido incompatible con la. toma del poder en situaciones de crisis.
El turco es un Ejército poderoso, con una disciplina interna férrea, y en él el principio de autoridad es sagrado y la obediencia ciega. Su papel en el flanco oriental de la OTAN, en la frontera con la URSS, Irán e Irak, es vital para el dispositivo de defensa de la Alianza. Estados Unidos, a pesar de las reticencias del Congreso, es el principal suministrador de armamento, aunque Ankara intenta diversificar sus suministros e incluso poner. en pie una industria militar propia.
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