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Reportaje:Irak, tras siete años de guerra con Irán / 1

El conflicto bélico, un pretexto para posponer la libertad

Ángeles Espinosa

Unidad, libertad y socialismo son los lemas del partido único que gobierna Irak, el Baas (Renacimiento). De todos ellos, sólo el último parece ser un objetivo logrado por las sucesivas revoluciones que han configurado el actual Estado iraquí. La unidad de la nación árabe se manifiesta todavía como una utopía de -alcance lejano, y la libertad anda aparcada en algún -lugar del inmenso aparato burocrático a la espera de que concluya la guerra."El éxito de nuestra forma de socialismo radica en que no se ha nacionalizado inmediatamente, sino paso a paso", asegura un funcionario iraquí. La nacionalización se refiere a las grandes industrias, las relacionadas con la extracción del petróleo y su refinado, eje fundamental de la economía iraquí. En cuanto al éxito de esta política, se percibe en la ausencia de bolsas de pobreza y en el nivel de desarrollo alcanzado por el país, a pesar de la guerra. Observadores independientes coinciden en señalar que se trata de un régimen honesto que se esfuerza en combatir la corrupción.

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Pese a proclamarse constitucionalmente socialista, en Irak conviven en perfecta armonía los zocos y pequeños comercios familiares con los supermercados estatales. De todos modos, el sector privado, casi reducido al área comercial, no supera el 15% de la economía. Son frecuentes, sin embargo, las empresas mixtas con capital extranjero, por ejemplo en la hostelería. Grandes cadenas internacionales. están gestionando los principales hoteles del país a cambio de la participación en un porcentaje de los beneficios.

En la actualidad se está procediendo a la reestructuración del sistema productivo mediante la supresión de los organismos intermedios, organizaciones que articulan las relaciones entre las empresas de cada ramo y las respectivas direcciones generales de los ministerios. La medida se aplicó de forma experimental a principios de año en los ministerios de Industria y de Industria Pesada, y el pasado 6 de mayo una nueva ley la hizo extensiva al dé Agricultura. Se pretende así evitar la excesiva burocratización a la que estaba llevando el sistema y dar un mayor protagonismo al sector privado para, incrementar la producción.

Nuevas inversiones

En el mismo sentido parece caminarse en el sector turístico -reducido a mínimos por el conflicto bélico-, para el que se han anunciado "rnedidas administrativas y financieras liberalizadoras que animen a los sectores privado y mixto" a hacer nuevas inversiones. El control del Estado no se limita sólo a la economía. La Constitución reconoce y protege la libertad de religión, de pensamiento y de prensa, así como los derechos de reunión y de asociación. Sin embargo, la intervención estatal coarta en buena medida algunos de esos derechos fundamentales.

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La religión no ha sido fuente en el Irak moderno de ningún conflicto de relevancia. La minoría cristiana, aproximadamente el 5% de la población (15, millones), gozáde un gran respeto entre, la población musulmana y de la confianza del presidente, Sadam Husein, quien en sus desplazamientos por el país siempre elige casas de familias- cristianas para alojarse. No obstante, se asegura que nunca un cristiano llegará a presidente del país, pese a que el Baas se define como un partido laico.

Las libertades de reunión, asociación y movimiento han visto abortado su desarrollo en los últimos años, coincidiendo con el conflicto bélico y con la consolidación de Husein. "Todos nuestros objetivos se encuentran subordinados ahora [por la guerra] a la defensa de nuestro país", afirma el ministro de Información, Latif Nasif al Yasim.

En cuanto a los medios de comunicación, ofrecen u na información monocorde de la que está ausente la más mínima crítica a las estructuras del poder. Las noticias del extranjero presentan un mundo carente de conflictos sociales y políticos, donde los únicos acontecimientos de interés son los deportivos y las catástrofes. No sólo la información sobre la guerra es parcial, sino que se esconden hechos tan importantes como la actual revuelta en las provincias kurdas.

El ministro, de Información no acepta, sin embargo, esa acusación y asegura que "si las noticias son las mismas es porque todos utilizan las mismas agencias".

Al Yasim entiende la libertad del individuo. como la "liberación de cualquier ignorancia", y para ello insiste en la importancia de la educación, terreno en el que Irak ha hecho un gran esfuerzo que le ha llevado a la casi total erradicación del analfabetismo.

Respecto a la unidad de la nación árabe, Al Yasim es más realista. "Ése es uno de los objetivos definidos por el partido en 1977, e indudablemente se han dado los primeros pasos, pero la realidad se impone y sabemos que la unidad no podrá lograrse en el futuro próximo", asegura el ministro. No obstante, considera que "los acuerdos bilaterales interárabes y otros de defensa frente a cualquier agresión refuerzan el camino hacia esa unidad".

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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