Comunistas y musulmanes preparan acciones armadas conjuntas en Filipinas

Los dos principales frentes de la guerrilla filipina, el comunista del Nuevo Ejército Popular (NEP) y el islámico del Frente Moro de Liberación Nacional (FMLN), preparan acciones conjuntas para una guerra total contra el Ejército filipino, principalmente en la zona de Mindanao y otras islas del Sur. Mientras tanto, el Gobierno de Corazón Cory Aquino intenta reactivar las negociaciones para una autonomía islámica en el sur de Filipinas con los líderes FMNL, a través de contactos en Singapur, para buscar una salida política al conflicto.

Un dirigente de la guerrilla islámica filipina anunció ayer que iniciarán operaciones bélicas para una "guerra total" a partir de la semana próxima, al término del Ramadán.El tema de la guerrilla, junto a los programas de reactivación económica, continúa siendo el gran reto que tiene planteado el Gobierno de la presidenta, Cory Aquino, tras las elecciones generales del pasado 11 de mayo, cuyo re cuento oficial da una proyec ción de 18 escaños para el partido de Cory y otros 6 para la oposición, del total de 24 con que cuenta el Senado filipino. El Namfrel (movimiento ciudadano para unas elecciones libres) cerró su contabilidad paralela y no oficial, con el 75% de escaños contabilizados, dando una victoria de 23 escaños para el partido de Cory y sólo uno para la oposición, cuyos intentos de movilizar a las masas durante el pasado fin de semana, en señal de protesta por unas elecciones que ellos consideran fraudulentas, no dieron ningún resultado.

La presidenta Cory Aquino minimizó los movimientos de crítica organizados principalmente por el ex ministro de Defensa y actual líder de la oposición, Juan Ponce Enrile, en su llamamiento de protestas masivas contra la Administración de Aquino. La presidenta opinó que el voto masivo de casi el 90%, de electores filipinos a su favor' es la prueba de que los que intenten planificar nuevos golpes militares tendrán que "pensarlo dos veces", dijo Aquino.

Existe la posibilidad de que una radicalización de la lucha entre las guerrillas y el Ejército aporte nuevos argumentos a los dirigentes anti-Aquino, que podrían intentar movilizar a sus simpatizantes entre las filas del Ejército.