Una mujer, muerta en el atentado frente a la Dirección de la Guardia Civil
Una mujer de 79 años de edad, Carmen Pascual Carrillo, falleció y otras tres personas resultaron heridas -dos de ellas de gravedad- a causa de la explosión de un coche bomba situado en las inmediaciones de la sede de la Dirección General de la Guardia Civil en Madrid. El coche bomba utilizado fue un Opel Kadett con matrícula falsa. La onda expansiva del artefacto afectó seriamente a otros cinco vehículos, así como a gran cantidad de cristaleras y ventanales de los edificios próximos. La cantidad de explosivo utilizado fue de más de 10 kilos.
El vehículo utilizado como coche bomba fue aparcado en la calle del General Ibáñez Ibero, a unos 10 metros de la Dirección General de la Guardia Civil, en concreto en la acera de enfrente de la sede del instituto armado y bajo una de las garitas que este cuerpo posee en sus instalaciones. El automóvil llevaba matrícula falsa M-0127-FH, al tiempo que fuentes de la Seguridad del Estado señalaron que su placa auténtica es SS-3041-S y que el coche fue robado con anterioridad en San Sebastián. Estas fuentes señalaron que el coche-bomba contenía más de 10 kilos de explosivo, instalados en el maletero en dos ollas a presión. Los primeros indicios señalan que la naturaleza del explosivo fue Goma 2, aunque con una "cierta mezcla con Amonal", según dichas fuentes y se ha descartado que tuviera metralla.En el momento de la explosión circulaba por la calle del General Ibáñez Ibero un turismo Citroën GS, matrícula M-0810 CB, en cuyo interior viajaban cuatro personas. Una de ellas, Carmen Pascual Carrillo, que viajaba en el asiento delantero derecho, falleció prácticamente en el acto a causa de la onda expansiva y de los cristales rotos del propio vehículo. Los otros tres ocupantes lesionados son Luis María Vilarrasa Bassadone -quien conducía el vehículo-, María de los Ángeles Ibáñez Pascual y María del Carmen Fernández Fernández. Los cuatro ocupantes del vehículo eran familiares. Luis Vilarrasa y María Ibáñez se encuentran en estado grave y el primero, según algunos de sus familiares, citados por Efe, ha perdido un ojo.La onda expansiva afectó a las ventanas de la Dirección General de la Guardia Civil, fundamentalmente a los dormitorios de los guardias jóvenes. Los inmuebles vecinos, así como comercios y bares de la zona, también sufrieron desperfectos. La explosión afectó seriamente a otros cuatro automóviles.
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