Sectores políticos venezolanos piden al Gobierno que posponga el pago de la deuda

Importantes sectores políticos venezolanos están planteando al Gobierno de este país posponer el pago de la deuda, al igual que hizo hace unos meses en Brasil. La posibilidad de declarar una moratoria es una vía que cuenta cada día con mayores adeptos en América Latina debido la mala situación económica de la zona.

Un grupo de 20 personalidades, entre ellas cinco ex presidentes de 10 países latinoamericanos, han firmado una declaración donde proponen negociar conjunta y políticamente la deuda externa con los acreedores, no con el ánimo de confrontación, aunque su paciencia se agota, sino con el interés de convertir la propuesta en la alternativa para la región.El grupo encargó al Sistema Económico Latinoamericano (SELA) adelantar las acciones para llevar a cabo estos acuerdos. En respuesta, el secretario permanente del SELA, Sebastián Alegrett, aceptó la solicitud, precisando que el tema será discutido por los ministros en la próxima reunión ordinaria del congreso de la organización, que se celebrará en el próximo mes de septiembre.

A tal efecto, Alegrett convocó el viernes 8 una conferencia de prensa donde afirmó que las fórmulas dispuestas hasta ahora para el pago de la deuda no han servido para resolver los problemas, y que incluso el plan Baker ha fracasado, causando un coste muy alto para los pueblos de América Latina: un drenaje de los recursos que en los últimos cinco años representó 130.000 millones de dólares, equivalentes al 7% del producto interior bruto de la región.

Un débito impagable

Alegrett subrayó que los esquemas ensayados no permiten cumplir con las obligaciones externas y al mismo tiempo alcanzar el crecimiento económico y el desarrollo. De ahí la necesidad de "empezar a negociar el no pago programado de la deuda externa", una frase que fue interpretada por la Prensa como que la deuda es impagable en las condiciones actuales fijadas por los banqueros.Por otra parte, el principal partido en la oposición, COPEI, de tendencia socialcristiana, ha propuesto al Gobierno venezolano posponer el pago de la deuda hasta que se superen las dificultades económicas y se satisfagan las necesidades de la población. Igualmente invitó al presidente venezolano Jaime Lusinchi a cambiar su política económica, pues está "acosada y equivocada", coincidiendo con el reclamo hecho anteriormente por la Confederación de Trabajadores de Venezuela.

Estos tres pronunciamientos sobre el destino de la deuda externa podrían cambiar el rumbo de las refinanciaciones ya establecidas individualmente hacia otras vías, como la suspensión del pago o la negociación global y política de los deudores. La posibilidad de declarar una moratoria empieza a ser barajada por varios países de América Latina, a raíz del agravamiento de la situación económica de la zona y la voluminosa carga del pago de la deuda.

Los Gobiernos latinoamericanos se están dando cuenta de que no pueden cumplir con los compromisos contraídos sin sacrificar su desarrollo y satisfacer las necesidades de su población. Aún más cuando ya se han registrado los primeros estallidos de violencia social en la zona latinoamericana.