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10 muertos en una jomada electoral 'normal'

La jornada electoral de ayer en Filipinas, para la formación de un nueva Asamblea Nacional, transcurrió sin grandes incidentes, a pesar del balance de 10 muertos y seis heridos, cifra que puede considerarse casi normal en este país azotado a diario por la lucha entre la guerrilla y el Ejército. Para Ramón Felipe, jefe de la Comisión Gubernamental encargada de las Elecciones (Comelec), la relativo tranquilidad en los comicios de ayer es "un verdadero milagro", teniendo en cuenta las características geográficas de un país con más de 7.000 islas.

"Deseo que estas elecciones sean limpias, pacíficas y libres", dijo Corazón Cory Aquino al depositar su voto, poco antes de las ocho de la mañana, en el centro de voto número 56, instalado en la hacienda Lusita, en la provincia de Tarlac, a unos 80 kilómetros al norte de Manila.Juan Ponce Enrile, el líder de la oposición al partido de Cory Aquino, votó en su zona natal de Cagayan, sonriente ante las cámaras y con una típica guirnalda de flores en el cuello. Enrile encabeza la Gran Alianza para la Democracia (GAD), que nucleará a la mayoría de la oposición parlamentaria al Gobierno de Aquino.

La violencia, que se cobró al menos 10 muertos, se hizo presente con esporádicos ataques de la guerrilla comunista, atentados explosivos y el estallido de una bomba camuflada en una urna de votación.

La jornada comenzó con la formación de grandes colas de votantes ante los centros electorales, que abrieron desde las siete de la mañana hasta las cuatro de la tarde. El día fue festivo para los filipinos y será seguido de otro más sin trabajar en la jornada de hoy, para facilitar el recuento de votos y el transporte de las urnas a los centros provinciales de recuento. Los votos viajarán en jeepness -los coloridos taxis filipinos-, barcos o simples bancas, las típicas barcas de estilo malayo presentes en todos los rincones de este país archipiélago.

En el área metropolitana de Manila, con unos nueve millones de habitantes, se podían ver largas filas de votantes de condición muy humilde en el barrio de Tondo, frente al puerto de Manila, donde hay miles de personas que viven en las montañas formadas por las basuras. En contraste, en el barrio de Makati, corazón de los negocios filipinos, algunos votantes llegaban en coches Mercedes Benz, el símbolo por excelencia de las superminoritarias clases altas.

Estabilidad política

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"Es imprescindible que esta elección contribuya a estabilizar la situación política del país, porque sin estabilidad no habrá recuperación económica en Filipinas", comentó un hombre de negocios, tras depositar su voto a favor de los candidatos del partido Lakas Ng Bayan, o Fuerza Popular, formado en torno a la presidenta Cory Aquino.Tras comprobar su inscripción previa en las listas de electores, identificarse y rellenar la papeleta electoral, los votantes eran marcados con tinta indeleble en la uña, para evitar la duplicidad de un voto que se califica en Filipinas como el "más democrático" de su historia. Los comicios de ayer fueron los primeros que se realizan bajo la nueva constitución filipina, aprobada en enero pasado.

Las elecciones anteriores fueron las presidenciales del 7 de febrero del año pasado, que estimularon la revuelta popular y militar de los partidarios de Cory Aquino. Esa jornada, marcada por el fraude, concluyó con la caída de Ferdinand Marcos y su exilio hacia Hawai, el 25 de febrero, el mismo día en que Aquino juró su cargo de séptima presidenta de Filipinas. El proceso de transición política se completará con la celebración de elecciones locales y municipales a finales de agosto.

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