Ejércitos

Excelente la nota de Savater (Ejércitos, EL PAÍS del 20 de abril), excepto en algunos detalles que la hacen parecerse a esos diseños de Escher en que una escalera ascendente se revela de pronto descendente y viceversa, sin conducir a ninguna parte más que a sí misma. Digo, porque un cierto sentido de la realidad me recuerda que, con excepción de en los inviernos de los sitios de clima frío, un cubo de, hielo se vuelve agua un rato después de sacarlo del congelador. Dicho de otro modo, si la mercenarización tal vez daría respuesta a alguna de las preocupaciones de Savater, comportaría algunas otras consecuencias. Por ejemplo abriría las puertas de una ulterior privatización de la función militar. Tal vez llegaríamos a leer entre los anuncios breves de algún periódico, bajo el rubro Militares: "Ejércitos, milicias, comandos Toda causa. Total o parcialmente equipados. Amplia experiencia en tóxicos y nucleares restringidos. Absoluta reserva. Pago a plazos. Asesoramiento gratuito Visa". Alguna experiencia de esa clase ya tuvieron nuestros antepasados en aquello que llamamos Edad Media, y más recientemente nosotros, los argentinos -y no sólo nosotros- durante los años de la dictadura y previos. Intente Savater soñarnos / diseñarnos algo que no sea ni un pueblo en armas ni un ejército mercenario, sino un ejército civilizado, es decir, bajo el control real de la sociedad civil que lo sustenta, a través de sus Gobiernos democráticos. Esto es lo que andamos necesitando y no que los ejércitos pretendan constituirse en vértebras, ni hígado, ni pulmones, que de todo eso ya tenemos.- Daniel Osvaldo Caso.