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El trabajo por cuenta propia ya es legal en la URSS

Pilar Bonet

La nueva ley sobre Actividades Laborales Individuales, que saca de la clandestinidad y dignifica a peluqueras, modistas, masajistas, empapeladores, taxistas y dentistas por cuenta propia, entra en vigor en la Unión Soviética hoy, Día Internacional del Trabajo, en un clima de confusión y expectativa.

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Problemas prácticos e ideológicos

Esta mañana, mientras miles de ciudadanos acuden como es habitual a plazas y calles (comenzando por la plaza Roja de Moscú) provistos de pancartas, banderas y globos, los pioneros de la nueva ley están apenas iniciando un camino tortuoso, para el cual están, más elaborados los sistemas de control y de impuestos que Has facilidades necesarias para el funcionamiento de las nuevas empresas.La ley, que reconoce la incapacidad del Estado para resolver todas las necesidades de la vida cotidiana, fue aprobada en noviembre de 1986 y es una de las iniciativas económicas de mayor contenido simbólico dentro de la reforma económica emprendida por Mijail Gorbachov. Un pleno del comité central debe determinar el próximo junio las funciones de los organismos centrales que moldean la política económica soviética. La ley de Actividades Individuales está estrechamente vinculada con nuevas disposiciones para las cooperativas, una categoría en la que se inscriben los cafés-restaurantes familiares que comienzan a abrirse en distintos puntos de la URSS.

La ley que hoy entra en vigor tiene un alcance más restringido que las normativas vigentes en Hungría, por ejemplo, y su puesta en práctica depende de los organismos municipales, que deben facilitar locales y medios y decidir también qué servicios son prioritarios. Actividades tan di versas como las reparaciones eléctricas, las clases particulares y el lavado de coches están dentro de la gama de lo posible, pero los soviéticos están reaccionan do con precaución y reticencia.

"Fui a preguntar lo que necesitaba para abrir un taller de reparación de coches y me sometieron a tal interrogatorio que salí huyendo y asegurando que iba sólo a enterarme por encargo de un pariente lejano", dice un moscovita que prefiere seguir cambiando bujías sin pagar impuestos por ello. Los impuestos, por cierto, han sido dados a conocer hace sólo unos días, y se ajustan a dos modalidades: pago de una licencia anual o deducción de un porcentaje sobre la ganancia. El viceministro de Finanzas, V. Orlov, aclaraba recientemente en una entrevista que quienes ganen menos de 70 rublos (unas 15.400 pesetas) al mes no pagarán impuestos. Quienes ganen entre 3.000 y 4.000 rublos deberán pagar 535 rublos anuales de impuestos.

Por 6.000 rublos de ganancia se pagará un máximo del 65%. El sueldo medio actual en la URSS es de 200 rubios. En el capítulo de licencias, la más cara es la de taxista, que cuesta 560 rublos anuales (gratis para los inválidos de guerra y mitad de precio para los veteranos), y la más barata (100 rublos anuales), la de los vendedores de peces de acuario y pájaros decorativos.

El restaurante de la calle de Kropotkinskaia, el primer restaurante cooperativo de Moscú, se ha -convertido en una curiosidad de la capital, pero por el momento no hay mucho más en este capítulo. Un portavoz del Ayuntamiento pudo darnos cuatro direcciones más.

El jefe del Comité de Trabajo de la URSSI I. Gladkin, reconocía en el periódico Trud que la puesta en práctica de la ley no ha sido suficiente, y afirmaba que se necesita una "reestructuración psicológica" de los encargados de ello. "Hablar de una iniciativa popular masiva por el momento es precipitado. Más bien se puede decir que esta iniciativa está aún despertándose en el mejor de los casos", señalaba el funcionario.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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