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Crítica:MÚSICA CLÁSICA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El drama según san Lucas

En España, La Pasión tuvo un estreno espectacular en el Festival Internacional de Barcelona, 1969, pues fue cantada en la basílica de Santa María del Mar por solistas olácos (entre ellos, Hiolski), es colanía, coro y orquesta españles dirigidos por Jerzy Katlwicz. Unos años antes, conoció Madrid el Stabat Mater para tres coros quepasaría a la partitura de La Pasión según san Lucas.Había expectación, pero no aglomeración, en el Teatro Real, y para ocasión tan importante editaron los organizadores unos programas/libro con noticias y comentarios más o menos originales firmados por diversos autores, además de exponer, como es lógico, el texto Integro de La Pasión.

El plan de la obra se basa, naturalmente, en lol modelos de las Pasiones clásicas. Másque de coro, cabría hablar del protagonismo de las voces humanas que, cómo pueblo en masa, entonan, oran, gritan, susurran o entrecortan la emisión en un efecto, por cierto, ideado ya en 1928 por Manuel de Falla para su Atlántida. Antes que otra cosa, hacen dramá. La cuestión de fondo en la manera religiosa de Penderecki consiste, precisamente, en entender los textos y argumentos sagrados como elementos de un drama, condición que evidentemente poseen incluso para los no creyent.es. Pero es que el músico polaco hizo drama también en la orquesta, tornóformantes de intencionalídad más dramática que decorativa las invenciones. coloreadas de su orquesta o su coro en la que los timbres adquieren valor estructural.

Homenaje a Krzysztof Penderecki

Coro de niño de la Filarmónica de Cracovia. Coro de la FilarmónicaNacional de Varsovia. Orquesta Sinfónica de la Radio Polaca de Cracovia. -Solistas: A. Hiolski barítono), B. Carmelli (bajo), M. Nicolesco (sopranoj, E. ubaszenko (narrador). Director: K. Penderecki. Teatro Real, 28 de abril.

En el caso de La Pasión según san Lucas, dígase lo que se quiera, no practicó en ningún momento la demagogia, el gran efecto, el lícito y jantas veces fastuoso y fluorescente espectáculo sonoro en -el que Penderecki es verdadero maestro. De ahí la dosis de autenticidad que respira la obra y su poder comunicativo gracias a 1 la explotación de unos componentes sencillos en su base. Como director, Penderckí mostró lo que suelen lucir los autores cuando dirigen: autenticidad y seguridad de-ideas.

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