Comienza una huelga de celo en Iberia y Aviaco y se convocan nuevos paros para el mes de mayo

RODOLFO SERRANO Los comités de Iberia y Aviaco, de tierra y vuelo, decidieron ayer convocar nuevos paros los días 20, 21, y 22 de mayo, y 4 y 5 de junio. Y paralelamente, recomendar que, con carácter inmediato, "se extremen las medidas de calidad y el cumplimiento de las normas estrictas de la Organización Internacional de Aviación Civil (OACI)", eufemismo que encubre lo que no es otra cosa que una huelga de celo o trabajo a reglamento que provocará serias alteraciones en los servicios. A todo ello hay que sumar la anunciada huelga de controladores aéreos que comenzará el día 4 de mayo.

El calendario de huelgas previsto en Iberia, Aviaco y Renfe ocupa prácticamente todo el mes de mayo, y, además, afectará por el efecto de resaca de estos conflictos, a casi todos los días del mes. El calendario es el siguiente: 30 de abril, huelga en Renfe; 4, 5 y 6 de mayo, paros de controladores aéreos; día 8, Renfe; 15, controladores y Renfe; 20, 21 y 22, Iberia y Aviaco (el día 22, también controladores); 23, controladores; 29, controladores y Renfe; 30 y 31, controladores. Días 4 y 5 de junio, Iberia y Aviaco. ,Aunque quedan días "libres" en el mes de mayo, dadas las cracterísticas de estos paros, los efectos de las acciones de protesta se dejarán sentir posteriormente, con lo que puede aventurarse que prácticamente durante todo el mes se verá alterado el transporte público.

Pero será la decisión adoptada ayer por los comités de Iberia y Aviaco de recomendar a los trabajadores que "extremen las medidas de calidad y el cumplimiento de las normas estrictas de la OACI", lo que provocará los mayores problemas en las empresas aéreas. En definitiva se trata de iniciar lo que se denomina vulgarmente como huelga de celo.

Este tipo de acciones, de carácter ilegal, añaden una dificultad más a las que habitualmente plantea cualquier huelga y es la imposibilidad de aplicar medidas específicas para paliarla. Porque, en teoría, la huelga no existe y nadie es responsable de sus efectos: ni pueden aplicares servicios mínimos, ni se pueden poner en marcha otras medidas que atenúen sus efectos.

En Aviaco se llevó a cabo en 1986 una huelga de celo -lógicamente nunca anunciada públicamente- con la denominación Operación Normal y que provocó serias alteraciones en los servicios de la compañía. Los pilotos de Iberia también han recurrido en distintas ocasiones a estas acciones bajo el nombre de Operación Charly.

Grandes retrasos

Los efectos más inmediatos de este tipo de acciones son el retraso en los vuelos -en ocasiones han superado las dos horas- y su cancelación de persistir la convocatoria por el efecto acumulativo de estas acciones. No sólo será Iberia la afectada por la huelga de celo, sino otras compañías extranjeras que se sirven del personal de Iberia para el mantenimiento de sus servicios.

Fuentes de UGT -que se negaron a admitir que, en definitiva, estaban convocando una huelga de celo- reconocieron, sin embargo, que el cumplimiento de las normas de la OACI provocará "retrasos y problemas, pero no será por nuestra culpa. Las alteraciones de los servicios son de responsabilidad exclusiva de la compañía que mantiene unas relaciones laborales absolutamente deterioradas y se empeña en defender un tope salarial del 5%".

Otra de las decisiones tomadas por los comités de Iberia y Aviaco es la de no realizar horas extraordinarias, lo que incidirá muy negativamente sobre el normal funcionamiento de los aeropuertos y los demás servicios de la compañía, incluido el mantenimiento y el handling.

Los conflictos en las compañías aéreas están motivados por la negociación salarial. Los trabajadores piden subidas entre el 7% y el 8%, mientras la empresa ofrece aumento en torno al 5%. Los controladores aéreos exigen de la Dirección General de Aviación Civil la negociación del reglamento de servicios que elabora la Administración.

Medios de Aviación Civil hicieron constar ayer que hasta el momento no habían recibido comunicación alguna sobre la huelga. Fuentes de los controladores, citadas por Efe, insistían en que, a pesar de la convocatoria, las posibilidades de negociar con la Administración seguían abiertas.