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Tribuna
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Ciudad Lineal

Ahora, lo que va por barrios no es la risa, sino el sexo. La Junta Municipal del distrito de Ciudad Lineal ha organizado unas charlas sobre salud y educación sexual que se denominan Taller de educación sexual, dirigidas a institutos y otros centros de enseñanza. "¿Podemos cambiar o mejorar nuestra vida sexual? Respuesta sexual masculina y femenina. ¿Qué hacer ante el problema sexual?". A uno, en principio, le parecen bien estos temas, que son algunos de los que incluyen las charlas, pero uno, que es de otro tiempo, cree que la iniciativa llega tarde. Las generaciones de la transición (la transición empezó en los sesenta, no lo olvidemos) tuvimos que ser autodidactas del sexo, y los adolescentes de hoy nacen sabiendo y practicando. Como la vida va siempre por delante de la política, resulta que se imparte educación sexual en cada equina de Madrid a unos nuevos madrileños que lo saben todo sobre el tema, mientras que a nosotros, en nuestra ignorancia beatificable, sólo nos aleccionaba el confesor con tres avemarías. La furia de la educación sexual que nos invade me parece ingenua, anacrónica y desatadamente pedagógica. Es una cosa así como de la Institución Libre de Enseñanza y la Residencia de Estudiantes.Se ve que nuestros mayores tenían aquel modelo republicano en la cabeza y necesitaban realizarlo alguna vez; pero la vida, ya digo, que siempre le toma la delantera al arte, ha educado a nuestros jóvenes en la calle y en la libertad. Se enfrentan aquí, como sin querer, el modelo ilustrado, pedagógico, y el modelo salvaje, natural, histórico, entendida la historia (shakespearianamente) como caos. Los intentos docentes al respecto son loables, pero se quedan muy atrás de la realidad de la verdad de la vida, como siempre. Cualquier alumna sexual puede hoy enseñarle cosas a cualquier profesora en Ciudad Lineal. El didactismo PSOE está muy bien, pero ha llegado un poco tarde (cuando ha podido), en tiempos que la adolescencia ha hecho su revolución sexual encima de una moto.

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