Dos heridos leves al estallar un coche bomba en Barcelona a 100 metros de la Delegación del Gobierno
Un coche bomba estalló anoche en Barcelona en la confluencia de las calles de Pau Claris y Mallorca, en pleno centro de la ciudad, provocando heridas leves a dos personas y serios daños en el edificio Financia, de nueve pisos, en cuya planta baja se encuentra la sede central de la Societé Générale de Banque en Espagne. La explosión, que ocurrió a las 22.40, es, según la policía, la más fuerte de las ocurridas hasta ahora en un atentado en Barcelona y se produjo a 100 metros escasos de la sede de la Delegación del Gobierno en Cataluña y del Coleglo de Abogados de Barcelona. El gobernador civil, Ferrán Cardenal, reconoció anoche, por primera vez, que ETA "tiene una estructura consolidada y fija en Barcelona."
El vehículo utilizado para colocar la bomba parece ser un Opel Kadet 1.600, con la matrícula irreconocible, cuyos restos quedaron esparcidos en un radio de más de 100 metros. La policía persiguió por Barcelona a un turismo Talbot, de color verde, que según testigos presenciales abandonó a gran velocidad el lugar del atentado. El hecho de que no se produjeran víctimas parece deberse a que el artefacto, pese a ser muy potente, no estaba compuesto por metralla, con lo que los dafígs fueron causados estrictarnente por la onda expansiva.Las dos víctimas, que sufrieron heridas leves a causa de cortes con cristales, son el niño de 11 años Javier Julià Hidalgo, y un empleado del servicio municipal de limpleza, José Antonio Hidalgo Hernández, de 42 años. El niño herido se encontraba junto a su padre en el interior de un RenauIt-8 en el mismo cruce en que se produjo la explosión, esperando que el semáforo les diera paso. Javier manifestó que la llamarada que se produjo "llegó hasta lo alto del edificio [Financia]".
Cerca de 15 vehículos que se encontraban estacionados en las irímediaciories ardieron a consecuencia de la explosión y unas 30 tiendas sufrieron graves desperfectos en sus instalaciones. El edificio comercial Financia, de fachada acristalada, quedIó seriamente afectacio por la explosión. En sus oficinas tienen su sede numerosas firmas comerciales así como la Delegación de Política Lingüística de la Generalitat. Frente a él se encuentra el consulado italiano, cuya fachada también quedó seriamente dañada. En las inmediaciones existen numerosos cines, restaurantes y bares.
"¡Que nos disparan!"
La explosión pudo escucharse en un amplio radio. Una vecina de la calle de Rosselló, a unos 200 metros del lugar, manifestó que había notado cómo "la casa temblaba", mientras que Juani Cebrián, la portera del inmueble de la calle de Pau Claris 279 -justo enfrente de donde estalló el coche-bomba-, creía haber recoriocido dos explosiones casi simultáncas.
Un transeúnte que se encontraba en la calle de Mallorca, muy cerca de la Delegación del Gobierno, explicó que la onda expansiva le hizo caer al suelo. Cuando iba a ser auxiliado por el guardia civil de vigilancia en la sede oficial, unas explosiones más pequeñas hicieron retroceder al agente que desenfundó su arma y gritó a sus compañeros "¡cuidado, que nos están disparando!", según el mismo relato.
Al lugar de los hechos acudieron en pocos minutos numerosos efectivos de la Policía Nacional, Guardia Civil, Mossos d'Esquadra y Guardia Urbana, y bomberos. El Delegado del Gobierno en Cataluña, Francese Martí Jusmet, el jefe superior de Policía, Manuel Linarejos, el gobernador civil, Ferrán Cardenal, y el presidente de la Diputación de Barcelona, Antoni Dalmau, fueron las primeras autoridades en acudir al lugar. La explosión de anoche es el tercer atentado registrado en las tres últimas semanas en Barcelona y el sexto desde septiembre de 1986.
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