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Mitterrand es para los socialistas franceses el mejor candidato a la presidencia

Lluís Bassets

François Mitterrand es el mejor candidato para las elecciones a la presidencia de la República Francesa, pero si, por razones personales, deseara no presentarse, el candidato será Michel Rocard. Esta es la lección que impartió ayer el ex primer ministro y alcalde de Lille, Pierre Mauroy, que utilizó todo el peso de su prestigio como veterano militante en la intervención más aplaudida de la primera jornada del congreso del partido socialista (PS) que se celebra en Lille.

Los socialistas, de acuerdo ya antes del congreso en una moción de síntesis y en una candidatura pactada por todas las tendencias para el comité director del partido, eludieron el debate sobre los aspirantes a la presidencia, pero no dejaron de plantearse la batalla. El propio Michel Rocard, que desearía. contar con la jubilación de Mitterrand, terminó su intervención en términos unitarios y en plural: "'El año próximo ganaremos".Las tres grandes tendencias del socialismo francés se expresaron en la primera jornada del congreso. Michel Rocard, Jean-Pierre Chévénement y Pierre Mauroy, cuya tendencia se fusionó recientemente con la corriente mitterrandista, coincidieron en casi todas las cuestiones importantes. Todos ellos cantaron las excelencias de la unidad demostrada, ya de antemano, en la preparación de este congreso a través de la moción y de la candidatura de síntesis. Los tres atacaron duramente al Gobierno conservador de Jacques Chirac, pero perfilaron como auténtico enemigo a batir en las elecciones a Raymond Barre. Los tres se mostraron esperanzados en la victoria socialista en las presidenciales de 1988.

"Estamos en vísperas de un indispensable retorno al poder", dijo Rocard. El ex ministro de Agricultura afirmó los valores del socialismo junto con la libertad económica, pues, según su intervención, es el único que puede garantizar a la vez la libertad Política. "Nuestro combate es el de la inteligencia del corazón", aseguró Rocard al final de su discurso, en una reelaboración del lema del congreso, reunido bajo la frase El camino del corazón y de la razón.

El obstáculo por superar

La contradicción entre los sentimientos clásicos del socialismo y los imperativos que impone la inteligencia cuando se ostenta el poder es el obstáculo que se pretende superar en este congreso, que quiere ser el de la ordenación de las filas y unificación de los criterios antes de regresar al Gobierno. Pero este congreso de Lille no ha proporcionado todavía los perfiles claros de un nuevo proyecto socialista, a pesar de que todos los oradores han intentado entrar en este áspero terreno ideológico.La referencia a las libertades públicas, en constante peligro con el Gobierno de Chirac según todas las intervenciones, y el proyecto de construcción europea han sido las dos principales referencias que pretenden llenar de contenido al socialismo francés del futuro.

Para Rocard, "cada vez que Europa progresa es contra la ideología del conservadurismo contra la ideología que se dice liberal". Para Chévénement, la victoria socialista en las presidenciales será también una victoria de "Europa, de su pueblo y de sus trabajadores". Para Mauroy, finalmente, es el internacionalismo socialista el que sitúa al PS "en la primera fila de la construcción de Europa".

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Los socialistas franceses no eludieron tampoco los aspectos más épicos y tradicionales en este tipo de reuniones. Las referencias a la actualidad más inmediata se centraron principalmente en Chile y en los deseos, expresados por casi todos los oradores, de una próxima caída de la dictadura.

Pierre Mauroy hizo la referencia más aplaudida de toda la tarde. "Sueño", dijo, "con una juventud y unos jóvenes inmigrados que no mueran bajo los golpes de la represión", en homenaje al movimiento estudiantil y a Malik Oussekine, el joven inmigrado fallecido a causa de los golpes recibidos por la policía en diciembre, al término de una manifestación. La mayoría de las intervenciones solicitaron también una recuperación de las señas de identidad socialista, a pesar de la difícil síntesis con la razón económica exigida por el mismo lema del congreso.

Las únicas divergencias manifestadas ayer se refirieron a las palabras del presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, en las que se solicitaba un "armisticio ideológico" con la derecha. El debate sobre las posibles alianzas poselectorales, principalmente la apertura hacia el centro, es uno de los temas pendientes que sólo ha quedado ligeramente esbozado en la primera jornada del congreso, aunque, ciertamente, para ser implícitamente descartado.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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