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Los historiadores soviéticos, en apuros

Los crímenes de Stalin continúan siendo un tabú en la Unión Soviética

Pilar Bonet

Los historiadores soviéticos no están aún en condiciones de dar respuestas satisfactorias a las preguntas de la sociedad sobre los crímenes de Josif Stalin y la represión masiva que protagonizó, pese a los llamamientos de tipo general para afrontar científicamente el pasado de la UniónSoviética. Así quedó patente el pasado fin de semana en una multitudinaria y turbulenta conferencia dada en el Instituto de Archivos de Moscú en presencia del rector, Yuri Afanasiev, autor de uno de los artículos más osados aparecidos en los últimos tiempos sobre la necesidad de abordar la historia soviética sin tabúes.

La conferencia -Stalin, persona y mito- corrió a cargo del historiador Yuri Borisov, y había concentrado a un público numerosísimo entre el que había muchos jóvenes, que habían hecho cola durante varias horas para acceder al acto, filmado en directo por la televisión soviética. Muchos se quedaron fuera, agolpados junto a puertas y ventanas, y la policía y el servicio de orden tuvieron que proceder con energía para rechazar a la multitud. El nombre del escritor exiliado Alexander Solyenitsin, pronunciado en la sala con el calificativo de "camarada", fue coreado con aplausos por parte de un sector del público, en tanto que otro sector rechazaba tal apelativo.El conferenciante, que dijo haber tenido acceso a los archivos personales de Stalin, irritó al público al evitar los temas más conflictivos y al saltarse la década de los treinta con la etiqueta de "represión de masas", sin entrar en detalles. Las preguntas, en ocasiones agresivas y en tono de reproche, obligaron al historiador a tomar posiciones, y éstas, aunque antiestalinistas, decepcionaron por su timidez.

Pertenecen los crímenes de Stalin a la naturaleza del régimen socialista?, ¿cuál es el número de víctimas?, ¿hubiera habido represión si hubiera dirigido el país León Trotski o Nikolai Bujarin o hubiera seguido vivo el propio VIadimir Lenin?, ¿quéopina de los escritos del camarada Solyenitsin?, ¿va a ser rehabilitado Bujarin?, ¿estaba el partido indefenso ante Stalin?, ¿cómo consiguió Stalin llegar a la dirección del partido?". Éstas fueron algunas de las preguntas formuladas por el público en un clima apasionado en el que el conferenciante se esforzaba por atender las preguntas por escrito en detrimento de las de la sala.

Borisov manifestó que Solyenitsin no tenía derecho moral a criticar a la URSS con El archipiélago gulag, publicado en la emigración, pero admitió la crítica efectuada por el escritor en Un día en la vida de Ivan Denikovitch, obra publicada en la URSS durante el deshielo de Nikita Jruschov.

Acusaciones retiradas

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Borisov no pudo decir si Bujarin, el padre de la nueva política económica de los años veinte (NEP), va a ser rehabilitado, pero afirmó que le caía "simpático" y que algunas de las acusaciones que: existían contra él se han retirado, mientras continúan en pie las que le reprochaban la realización de actividades fraccionales. Bujarin fue ejecutado tras su condena en el gran proceso de 1938, que afectó a la cúpula del partido.

Dijo Borisov que no tenía datos sobre el alcance de la "represión masiva", donde, según datos occidentales alegados desde la sala, perecieron millones de personas. La única cifra que dio sobre el tema fue la de 100.000 vacantes en el aparato del partido, que, según dijo, existían en 1937. Sobre el asesinato del dirigente Serguei Kirov, ocurrido en 1934, Borisov se quedó más corto que el mismo Jruschov, quien había vinculado directamente a Stalin con esta muerte.

"No está probado. Jruschov sólo hizo una suposición. Lo que puede decirse es que Stalin se aprovechó de la muerte de Kirov". Reconoció el historiador que el 70% de los delegados del XVII Congreso (1934) fueron represaliados, y descalificó a Trotski como "aventurero político" que hubiera llevado a la URSS a la "desgracia".

Presionado por el público a lo largo de varias horas, Borisov acabó admitiendo el calificativo de "delincuente" para Stalin y lo acusó de haber violado el testamento de Lenin. Sin embargo, el historiador dio a Stalin el mérito de haber industrializado el país, haber consolidado un Estado socialista y haber sacado a la población de un analfabetismo ancestral.

Borisov trazó una comparación entre los años de Leónidas Breznev y la época stalinista asegurando que en las dos se había producido una bifurcación entre hechos y obras. "La historia serepite una vez como tragedia y otra como comedia", dijo parafraseando la famosa frase.

La semana pasada se registraron varios síntomas de vacilación en la tendencia a desvelar en detalle algunos de los capítulos más delicados de la historia soviética, que una parte de la sociedad (especialmente en medios intelectuales) considera fundamentales para abordar el futuro. El diario Pravda publicó un artículo en el que la época de Stalin eramencionada con clichés clásicos del tipo "errores" y "violaciones de la legalidad socialista". El número dos del partido, Igor Ligachov, advirtió contra una interpretación de la historia soviética como una "cadena de errores y decepciones". Ligachov, que dió el tono para la celebración del 70º aniversario de la Revolución de Octubre, afirmó que "hubo de todo, pero pasó, y lo principal ha quedado: todo un período de triunfo del régimen socialista".

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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