De las aulas, al Real

Hoy se desarrollará en el escenario del Teatro Real de Madrid una experiencia única para algunos jóvenes pianistas: unos, todavía alumnos del conservatorio, y otros, con los estudios ya concluidos. Todos tendrán la oportunidad de tocar junto a uno de sus catedráticos en el primer escenario de España dentro de un ciclo normal de temporada como es el de música de cámara de la Orquesta Nacional.

Es la primera vez que en este local tiene lugar una experiencia de este género, y sin duda supondrá no ya un acontecimiento que sus participantes recordarán toda su vida, sino una puerta abierta a que otros den mayores oportunidades a estos jóvenes que se debaten entre su afición y las pocas posibilidades de interpretar música que se les brindan.Joaquín Soriano es el promotor de esta idea. Antiguo alumno de los conservatorios de Valencia y París, estudiante más tarde en Viena con Alfred Brendel, tuvo, como tantos otros artistas españoles, que triunfar en el extranjero antes de poder ser conocido en su patria.

Los premios de Vercelli, Casella, Bozzoli y su participación en el concurso Chopin, de Varsovia, le abrieron las puertas de las salas de conciertos y grabaciones. Estados Unidos, Japón, Rusia... son sitios en los que frecuentemente realiza giras, ya no sólo en calidad de concertista, sino como invitado en jurados de certámenes tan prestigiados como el Tchaikovski, de Moscú, o el Rubinstein, de Tel Aviv.

Sin embargo, Soriano no ha olvidado nunca su pasado de dificultades, cuando sólo era estudiante, y quizá por ello se hizo profesor en el conservatorio de Madrid, y desde su cátedra procura dar un apoyo más personal y humano a sus alumnos de lo que es usual. Ahora ha podido introducir a seis alumnos en el Teatro Real.

Respuesta positiva

"Hacía tiempo que me apetecía interpretar los conciertos de Bach a dos pianos, y cuando me ofrecieron tocar con la Orquesta de Cámara Española en seguida pensé en ellos y también se me ocurrió que podía compartir ese momento con jóvenes que, estudiando y siendo buenos elementos, sólo pueden acudir al Real como espectadores. Espero que sea también una forma de abrir los ojos y oídos en el ministerio y a la gente que se ocupa de la juventud", declaró Joaquín Soriano.La respuesta que obtuvo en los organizadores fue inmediatamente positiva, aunque contar con cuatro pianos para los ensayos no ha sido tarea fácil. En el conservatorio hubieron de hacerlo en la propia aula de clase, reuniendo dos pianos de cola y dos verticales, lo que inevitablemente producía desajustes sonoros. En el Real tampoco ha sido sencillo manejar los cuatro instrumentos para los ensayos con la orquesta.

Jorge Gutiérrez-Marcet, Silvia Torán, Diego Cayuelas, Ignacio Marín y Alfonso y Marta Maribona alternarán con su maestro en los conciertos para dos, tres y cuatro pianos, excepto en uno de ellos, en el que éste ha querido que sean los dos hermanos quienes reciban los aplausos del público.

Jorge recibió la idea sin poder dar crédito a lo que oía, pero no le ha preocupado excesivamente tocar con su profesor, puesto que "realmente eso no supone una novedad, porque yo llevo mucho tiempo ensayando con él. Sus clases son siempre alumno a alumno y muy personales".

Por eso Jorge no tiene miedo a que le suceda lo mismo que a un mítico director cuando en Salzburgo le dio por sentarse al teclado junto a un célebre pianista para tocar uno de estos conciertos y perdió la memoria de tal forma que aquél hubo de tocar ambas partes. "Espero que no tenga que doblarme Joaquín, y yo, desde luego, no se lo voy a hacer a él", aclara.

Para Silvia Torán, que terminó sus cursos en Madrid en 1981 y ha ampliado estudios en Nueva York, Suiza y Polonia, "en los conservatorios de Estados Unidos se cuenta con muchos más medios, y el trabajo entre alumno y profesor es más profesional, pero, en cambio, mucho menos humano". Sin vacilar, admite que "tocar en el Real es lo más importante que puede haber para un pianista español".