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El estadounidense que mató a una prostituta fue diagnosticado como "psicópata profundo"

El súbdito norteamericano David BaxIer Noyes, presunto asesino de una prostituta, Rufina Sanz, "es un psicópata profundo y, sufre grandes trastornos psíquicos", según unformaron fuentes médicas a la agencia Efe. El presunto asesino de la mujer fue reconocido por los médicos forenses de los juzgados de instrucción números 2 y 12, doctores Arroyo y Alfonso Cabezas, respectivamente, quienes aconsejaron su ingreso en un hospital psiquiátrico.Por otra parte, el abogado que asistió a David Baxter en las primeras horas de su detención manifestó ayer su sorpresa por la aparente tranquilidad del presunto asesino, quien se dejó conducir por la policía "como si aquello no fuera con él y como si no tuviera consciencia de la gravedad de lo sucedido y de los hechos que se le imputaban".

El abogado añadió que Baxter declaró que había bebido mucho pacharán, sangría y cerveza, que Rufina Sanz, en un momento dado, intentó arrebatarle el monedero y que entonces la golpeó en la nariz, pero que ya no recuerda nada más. David Baxter fue encontrado por la policía en su habitación, profundamente dormido, una vez descubierto el cadáver de la mujer. El abogado añadió que incluso cuando le trasladaban a un centro para practicarle la prueba del alcohol se quedó dormido en el coche.

David Baxter fue trasladado hace dos semanas de la cárcel de Carabanchel a la de máxima seguridad de Meco, por temor a que pudiera ser agredido por los reclusos de la primera cárcel citada, que no toleran en demasía a los presos por delitos sexuales.

La policía ha remitido al juez las pertenencias de Rufina Sanz Caviedes, la prostituta estrangulada y mutilada el pasado día 3 presuntamente por el ingeniero norteamericano David Baxter, encontradas en el colector general del madrileño hotel Miguel Ángel.

El descubrimiento se produjo, según la policía, una vez que la habitación 541, donde sucedió el crimen, había sido desprecintada por el juez, dado que ya se había realizado la reconstrucción de los hechos. El hallazgo -unas bragas, un pañuelo y una cartera de la víctima- se produjo hace dos semanas, a raíz de que se comprobase que el inodoro no desaguaba correctamente.

El fontanero que reparó la avería notó que había algo en el sumidero general que impedía su correcto funcionamiento. El operario extrajo del colector las citadas pertenencias de Rufina Sanz. La policía indicó que no había explorado las cañerías de desagüe, dado que "en principio no había atasco", y se presumía que no era probable que los pechos de Rufina (el asesino se los seccionó) permanecieran en ellas.

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