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Francia estudia romper relaciones con Irán si se demuestra su relación con los terroristas detenidos en París

Lluís Bassets

Francia no romperá por el momento sus relaciones diplomáticas con Irán, según manifestó ayer Denis Baudouin, portavoz del primer ministro, a propósito del desmantelamiento en París de una organización terrorista presuntamente vinculada al régimen de Teherán. Túnez rompió el jueves sus relaciones con Teherán a raíz de las detenciones producidas en París. El Gobierno francés se planteará la ruptura de relaciones con Irán si en el juicio contra las ocho personas acusadas de actividades terroristas se demuestra la implicación de Teherán.

La Embajada iraní en Túnez ha sido acusada de reclutar terroristas entre la población tunecina, en la que se percibe de forma creciente la influencia del integrismo islámico. Seis de los ocho detenidos en París hace una semana y uno de los autores del atentado de Yibuti tenían pasaportes tunecinos.Uno de los detenidos, Mohamed Muhajer, estudiante de ciencias religiosas en la Sorbona, de 33 años, es uno de los fundadores del Hezbolá, el Partido de Dios libanés, pertenece a una familia de dignatarios y sacerdotes shiíes y recibió su formación en Nadjaf (Irak), donde estuvo Jomeini durante una parte de su exilio. Uno de sus maestros de literatura árabe, ya en Líbano, fue Husein Musavi, fundador del grupo shií Amal Islámica. En París, Muhajer mantenía relaciones muy estrechas con la embajada de Teherán y era considerado por la policía francesa como un agente iraní.

[Hezbolá desmintió ayer cualquier relación con Mohamed Muhajer en un comunicado difundido ayer en Beirut, al mismo tiempo que niega estar implicado en el asunto de los rehenes occidentales retenidos en Líbano, informa France Presse.]

La policía francesa no ha establecido todavía con claridad la relación entre este grupo terrorista y el Comité de Solidaridad con los Presos Árabes y de Oriente Próximo, que se atribuyó la responsabilidad de los atentados de marzo y de septiembre en París como presión para la liberación del dirigente de las Fracciones Armadas Revolucionarias de Líbano, Georges Ibrahim Abdalá, del preso shií Anís Nacache y del armenio Barudjan Garbitjan. La policía francesa no ha abandonado todavía su teoría sobre la participación de los hermanos Abdalá en los últimos atentados, pero atribuye a los ocho detenidos de la pasada semana una función de apoyo logístico

El hallazgo de esta pista iraní en París ha vuelto a plantear la posibilidad de que la ola de atentados fuera obra de una organización coordinada de shiíes proiraníes, el grupo marxista de Abdalá y de los nacionalistas del Ejército Secreto Armenio de Liberación de Armenia (ESALA).

Las relaciones entre Francia e Irán habían mejorado sensiblemente con el Gobierno de Jacques Chirac, pero en los últimos meses el régimen del imán Jomeini ha elevado el techo de sus exigencias y los contactos estaban de nuevo en un punto muerto. El Gobierno de Chirac consiguió entrar en la negociación de la deuda pendiente con Irán, originada por el programa nuclear del Sha, suspendido por Jomeini. Una tercera parte de esta deuda, unos 300 millones de dólares (casi 40.000 millones de pesetas), fueron rembolsados a Teherán, pero no se llegó a ningún acuerdo sobre el resto, cifrado en 1.000 millones de dólares por los franceses y en 1.500 por los iraníes, que quieren cobrar los intereses.

Forzar un cambio de política

París accedió también a obligar a abandonar Francia al opositor de Jomeini, Masud Rayavi y sus Muyahidines del Pueblo. Pero Teherán quisiera que se expulsara también al ex ministro del Sha, Chapur Bajtiar. Los iraníes, finalmente, quieren forzar a Francia a que cambie su política respecto a la guerra del Golfo, hasta el punto de que suspenda sus ventas de armas a Irak. Esta es la misma reivindicación que plantea la Organización de la Justicia Revolucionaria para no ejecutar la sentencia dictada contra el operador de televisión francés, secuestrado en el Líbano, Jean-Louis Normandin.El diálogo con Irán emprendido por el Gobierno de Chirac ha dado como fruto la liberación de cinco rehenes, secuestrados por organizaciones bajo control iraní. La nueva situación, de la que el propio régimen de Jomeini puede salir acusado de fomentar actuaciones terroristas en Europa, lleva a la ruptura total de relaciones y a que aumenten las dificultades para los rehenes que se encuentran en manos de grupos proiraníes libaneses.

Francia e Irán no tienen unas relaciones plenamente normalizadas y sus delegaciones diplomáticas están encabezadas por encargados de negocios. Las relaciones plenas no se producirán según París mientras existan rehenes franceses en manos de organizaciones islámicas proiraníes.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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