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Entrevista:

Aksenov, director de la televisión soviética: "Queremos impulsar el proceso espiritual del hombre"

"Cultura es, sobre todo, bibliotecas"

Alexander N. Aksenov, presidente del Comité Estatal de Radiotelevisión de la Unión Soviética, visitó recientemente España junto a la delegación que encabezaba el dirigente Yakovlev. Dirige una televisión que ven diariamente entre 180 millones y 200 millones de personas y tiene rango de ministro. Decidido impulsor de la modernización emprendida por Gorbachov, reflexiona en esta entrevista sobre el papel preponderante de la televisión en esta apertura y sobre la cultura soviética: "Cultura es, sobre todo, bibliotecas", afirma. Askenov pretende desde su privilegiada posición impulsar "el proceso espiritual del hombre".

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Pregunta. ¿Qué papel desempeña la televisión en el cambio político y social que la Unión Soviética está acometiendo en estos momentos?Respuesta. Hoy día el papel de la televisión y de la radio soviéticas se determina por la envergadura de estos cambios que transcurren en la vida de nuestro país. Se opera, como es sabido, un proceso enorme, una renovación verdaderamente revolucionaria en la economía, en la vida y hasta en la esfera espiritual. Es una tarea grandiosa. El partido tiene que actuar con una valentía y una audacia enormes para hacer trabajar a las masas populares. Nosotros debemos estar extremadamente atentos a los indicios de todos las novedades que se produzcan. Se exige de nuestros periodistas una visión muy fina para poder captar estos nuevos indicios de renovación y para que puedan informar a millones de soviéticos. Y por otro lado, seguir renovándonos nosotros mismos tanto en los enfoques como en no ofrecer los hechos de forma exagerada. Seguimos los principios de la apertura, de la transigencia, de la verdad, de la crítica y de la autocrítica. Estos principios hacen de la televisión un arma muy importante contra el conservadurismo y el estancamiento.

P. La televisión soviética sigue adoleciendo de programación en directo, por ejemplo.

R. Creo que usted tiene razón sólo en cierta medida. La televisión soviética explota las transmisiones en directo como una de las formas importantísimas de formación de programas y de conversación con el pueblo. Nosotros empleamos esta fórmula de forma progresiva. Hemos organizado una serie de programas en directo. Por ejemplo, una transmisión que se llama Programas, búsquedas, decisiones, uno de los más populares en nuestro país en la economía, técnica y ciencia, se hace a base de las preguntas de los espectadores y sus respuestas. Todo es en directo, y para responder se invita a ministros, directores y responsables, con lo que se convierte en un examen y todo el. mundo ve cuál es su pensamiento y su capacidad en directo. También tenemos una transmisión muy popular de carácter juvenil, El piso 12, en forma de discusiones y debates, a veces muy tensos.

Recortes

P. Sin embargo, cuando hay un discurso del secretario general se ofrece entero, aunque dure cuatro horas y suspenda el resto de la programación, mientras que el diario Pravda resume estos discursos.

R. Creo que este planteamiento de resumir las intervenciones del secretario general será factible dentro de un tiempo. El actual proceso de reforzamiento y profundización de la democracia soviética exige un trabajo enorme de explicación, y por eso los recorridos e intervenciones del secretario general deben ofrecerse completos en esta etapa. Pero se trata solamente del secretario general, Gorbachov; en lo que se refiere a otros dirigentes no se aplica este criterio.

P. ¿Qué aceptación tienen los informativos de la televisión soviética?

R. Tenemos un pro grama informativo que se llama Vremia (Tiempo), muy popular en nuestro país. En Europa se sigue este programa, y también en 14 universidades de Estados Unidos. Tratamos de que sea muy flexible, muy dinámico, con un nivel técnico muy alto y corresponsales en todas partes. Se emite cada día a las nueve de la noche y dura 30 o 40 minutos. Hemos demostrado que el 90% de los soviéticos considera este programa como su fuente de información más importante.

P. ¿Cree usted que en el actual proceso soviético la cultura es un factor esencial?

R. No solamente lo creo, sino que es una condición fundamental del desarrollo de nuestro país. La cultura en su conjunto puede ser una fuerza muy potente para introducir nuevos impulsos y nuevas relaciones entre la gente. No sólo en el progreso económico, también en el espiritual. Queremos impulsar el proceso espiritual del hombre. En este aspecto, tenemos depositadas grandes esperanzas y hacemos esfuerzos sin precedentes.

P. El cine soviético hoy triunfa en todo el mundo. ¿Esto quiere decir que la calidad aumenta con mayor libertad?

R. Sin duda alguna; a más libertad y posibilidades para crear el arte se transformará en un torrente para enriquecer nuestra vida espiritual.

P. ¿Van a editar obras de autores soviéticos vivos actualmente en el exilio?

R. Hay que resolver cada caso concreto. La Unión de Escritores está estudiando esta cuestión. Sólo ellos decidirán a quién hay que publicar y a quién no.

P. El brillante teatro soviético parece paralizado por problemas estructurales. ¿Cómo van a enfocar este tema?

R. Esto ocurre en cualquier teatro del mundo. No es fácil para los jóvenes con talento poder ocupar un lugar en una compañía de prestigio. Estamos realizando una reforma teatral que afronta muchas dificultades: los actores de más edad no ceden su lugar a otros. Son grandes nombres, muy populares, pero que ahora ya no pueden dar nada más, aunque pueden ocupar otros puestos. [En el teatro soviético un actor que ingresa en una compañía conserva su plaza de por vida, y salvo casos muy excepcionales sólo trabaja para su compañía, que, por otra parte, tiene limitadas plazas.] La incorporación de nueva gente que estamos haciendo va a poder acelerar este proceso. Hay que hacerlo sin falta.

La autofinanciación

P. Mientras en los países occidentales la participación estatal en el mundo de la cultura es cada vez mayor, en la Unión Soviética hay actualmente abierto un debate sobre la autofin anci ación cultural. ¿Cómo pretenden conseguirlo?

R. Ante todo, la cultura, como una de las potencias del hombre más importante, siempre necesita un apoyo del Estado. Puedo asegurarle que en ningún lugar del mundo se ofrecen mayores recursos al campo de la cultura que en la Unión Soviética. Pero cultura es sobre todo bibliotecas, y eso exige enormes recursos. No nos planteamos que toda la cultura se autofinancie. Se trata de que, por ejemplo, el teatro y el cine, las actividades que tienen espectadores, se acoplen a los recursos que producen. Los dramaturgos deben escribir obras con talento y esperar la respuesta del público; si no, los teatros no van a estrenarlos.

P. ¿No teme que la autofinanciación lleve al teatro y al cine a la comercialización?

R. No se puede excluir. Pero pienso que la práctica de los colectivos puede transformar esos enfoques comerciales en eficaces para que sigan imperando criterios de calidad artística. El proceso contrario no es normal: que de un enfoque comercial se llegue a otro de calidad.

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