La homosexualidad comienza a 'existir' para la Prensa de la Unión Soviética
La Prensa soviética ha desvelado el tabú que pesaba hasta ahora sobre la homosexualidad en la URSS con un artículo publicado ayer por el diario moscovita Moskovski Komsomoletz, donde se constata un incremento de la homosexualidad, pese a su penalización y al silencio informativo que ha rodeado al fenómeno.
En un artículo firmado por A. Bordenkov, Moskovski Komsomoletz, una de las publicaciones pioneras en abordar el tema de la prostitución en la URSS, llamaba la atención sobre la homosexualidad (tanto masculina como femenina) y la consideraba como un problema social a corregir con medidas educativas, penales y médicas.
Bordenkov se manifestaba claramente en contra de la legalización de la homosexualidad y contra la libertad sexual de Occidente. "La libertad para la homosexualidad implica de forma casi automática su propaganda", señalaba. "Y como resultado se ampliarían inconmensurablemente las posibilidades de incorporar a los juegos patológicos a jóvenes inexpertos con inclinación a las acciones insólitas destinadas a llamar la atención. Se crearían condiciones para una verdadera epidemia de homosexualidad", afirmaba Bordenkov.
Las relaciones homosexuales entrañan el peligro de contraer el SIDA, señalaba el autor, quien advertía sobre la imposibilidad de tomar medidas profilácticas para evitar el contagio si se oculta la homosexualidad.
Castigos a los homosexuales
El artículo reconocía la existencia en la URSS de un movimiento a favor de la legalización de la homosexualidad, cuya forma masculina está castigada con penas de hasta cinco años de prisión (artículo 121 del Código Penal de la República federativa rusa). Varios homosexuales soviéticos tomaron parte por cuenta propia en una discusión sobre la homosexualidad que se celebró en Moscú en el verano de 1985 en el marco del Festival Internacional de la Juventud.Según Moskovski Komsomoletz, entre los soviéticos hay quien contempla la homosexualidad como "demencia psicológica", "quintaesencia de la abominación", "ejemplo de desenfreno y perversidad sexuales". Hay también algunos que, "confundiendo la democracia con la anarquía, siguen el ejemplo de Occidente y se manifiestan apasionadamente por el reconocimiento oficial de tales formas de relación entre la gente". Por último, hay quien quiere una actuación más decidida de la policía.
Bordenkov considera que la relación sexual normal es la "relación entre el fuerte y el débil", es partidario de una familia con muchos hijos, donde el padre sea cabeza de familia y la madre una "mujer dulce, cariñosa y afectuosa". Imaginar que la homosexualidad es una cosa normal, señala, es "como mínimo una muestra de incultura, ya que en la relación homosexual no se cumple la condición fundamental de la vida íntima, la continuación de la raza". Hacer propaganda de su libertad, dice el artículo, es delictivo.
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